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La burra y
el burro
¿Será Verdad? ¿Calumnia? ¿Acaso broma?
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¿Por qué me pegas? a Balaam decía la mísmísima burra que montaba y el muy bruto, aun oyéndola, le daba cada palo de ciego que la hundía. Años después, al trasponer el día, Jehová, por boca de Josué, paraba no a la tierra que en torno al sol giraba, sino al sol que ni un punto se movía. Que haya la burra de Balaam hablado, aunque no lo comprendo, me lo explico, que hombres hay que al hablar han rebuznado. Mas que Dios (con la Biblia testifico) mande parar al sol que está parado...
¡eso no se le ocurre ni a un borrico!
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¡Potaje de espinacas y pescado!... Lo mismo en el amor que en el puchero, en cuanto Dios se mete a medianero hace amable el infierno y el pecado. El amor y el placer han extenuado mi sangre, y renovarla es lo primero; dadme carne de vaca y de carnero y volveré a gozar como he gozado. No me habléis de ese Dios que nos propina ayunos y abstinencias, y difama el jamón y enaltece la sardina. La vida es el amor, y el hombre que ama, debe arrojar a Dios de la cocina y después arrojarle de la cama.
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Halló un marido a su mujer preñada, después de dos o tres años de ausencia, y la mujer, al verse en su presencia, se sintió doblemente embarazada. _¿Cómo fue? _dijo él_.Y ella, turbada: _Sin detrimento fue de mi conciencia; concebí sin dolor ni violencia siendo antes y después siempre honrada. Llevándose las manos a la frente el marido exclamó: _¡Mucho lo dudo! _¡Dudas de Dios! –dijo ella santamente. Y él, aterrado, resistir no pudo por más tiempo su error, y fue creyente,
que viene a ser lo mismo que cornudo.
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“¿Será
verdad? ¿Calumnia? ¿Acaso broma?
dicen que aquí, como en la
antigua Roma,
dicen que ése, y aquél… Y los
cronistas
señalan con el dedo, citan
nombres
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