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Patricio Escosura

El bulto vestido de negro capuz

Don Jaime el Conquistador

El bulto vestido del negro capuz

Simancas, 1.521

El caminante

El sol a Occidente su luz ocultaba,

de nubes el cielo cubierto se vía,

furioso en los pinos el viento bramaba,

rugiendo agitado Pisuerga corría.

Soberbia Simancas sus muros ostenta,

burlando la saña del fiero huracan.

Mas ¡ay del cautivo, que mísero cuenta

las horas de vida por siglos de afan!

Por medio del monte, veloz cual la brisa,

cual sombra medrosa, cual rapida luz,

un bulto, que apenas la vista divisa,

camina encubierto con negro capuz.

Mudado el semblante, la vista azorada,

sollozos amargos lanzando sin fin,

la madre invocando de Dios adorada,

de hinojos se postra del río al confín.

Del ave nocturna la voz agorera

de encima el castillo se deja escuchar:

relampago rojo, con luz pasajera,

las densas tinieblas haciendo cesar.

"¡Dichoso mil veces¡, el mísero exclama,

¡dichoso, murallas, que en fin os miré¡",

y al punto, inflamado de súbita llama,

el rezo dejando se pone de pie.

La Prisión

"Muchos, repetidos, muy graves pecados

los hombres hicieron y Dios se enojó:

en pena, de libres que fueron creados,

esclavos los hizo; tiranos les dio".

"¡Tiranos! con ellos, cadenas, prisiones,

castillos y guerras y el potro crüel:

¡Tiranos! con ellos, rencor, disensiones...

¡Tremenda es la ira del Dios de Israel¡"

"Castilla, hijo mío, sintió el torpe yugo,

y a fuer de briosa lo quiso arrojar.

En vano: ayudarnos al cielo no plugo:

Padilla el valiente cayó en Villalar".

"Nosotros, Alfonso, también moriremos;

también nuestra sangre vertida será.

¡Qué importa! Muriendo felices rompemos

las férreas cadenas que el mundo nos da".

Acuña, el obispo, patriota esforzado,

aquel que al tirano no quiso acatar,

el cuerpo de indignas cadenas cargado,

cual cumple a los libres acaba de hablar.

En pie, silencioso, con aire abatido,

mancebo, que apenas seis lustros cumplió,

le escucha; y responde con hondo gemido,

que el eco en la torre fugaz repitió:

"¡Tan bravo en las lides¡" Acuña le dice:

"¡Tan bravo y cobarde también al morir!"

"Teneos, obispo: muriendo es felice

quien sólo en cadenas espera vivir".

"Morir es mas dulce que ver, como he visto,

caer a Padilla y a ciento con él".

"Yo burlo la muerte, mas, ¡ay¡, no resisto

de amor a los tiros, fortuna cruel".

Oyóle el obispo con pena y callóse:

maguer que, ordenado, tiene corazón;

lagrima furtiva al ojo asomóse;

el joven su mano besó con pasión.

El Soldado...

La noche era entrada, lluviosa y oscura:

un trueno a otro trueno continuo seguía;

velando, cubierto de fuerte armadura,

la noche, un soldado, feroz maldecía.

El puente guardaba, la puerta y rastrillo,

con fuego y espada, y agudo puñal;

ninguno a llegarse se atreva al castillo,

o tema aquel brazo probar en su mal.

Con planta ligera el puente atraviesa

el bulto vestido del negro capuz:

"Detente", el soldado gritándole apriesa,

le pone a los pechos su enorme arcabuz.

Mas él, sin turbarse, "Soldado, replica,

¿qué gloria matando pensáis conseguir

a un mozo perdido, que asilo suplica

do pueda esta noche tan sola dormir?"

"Mancebo, ¿quién eres?" "Un huérfano soy;

guardián del castillo, yo soy trovador".

"Tal casta de gentes de sobra anda hoy:

marchad noramala, maldito cantor".

Lloraba el mancebo: dolor era oílle;

votaba el soldado que hacía temblar.

El uno: "Doleos", tornaba a decille;

el otro: "¡Demonio¡, ¿te quieres marchar?"

En tanto a torrentes el cielo llovía,

y un rayo no lejos del puente cayó:

invoca el soldado temblando a María;

inerte a sus plantas al huérfano vio.

"¡Mal hora los diablos aquí te trajeron!...

Apenas respira... ¡Cuitado rapaz!

Muy tierna crianza tus padres te dieron;

mas horas tuviste que yo de solaz".

 

 La Trova

En sucio y estrecho paraje y oscuro,

ardiendo en el centro su medio pinar,

sentados en torno del fétido muro,

como diez soldados se pueden contar.

Un hombre con ellos de pardo vestido,

hercúleas formas, de rostro brutal,

los ojos de tigre, mirando torcido:

parece ministro del genio del mal.

Al par de aquel hombre, se ve suspirando

el rostro de un niño, de un ángel de luz:

verdugo el primero que estamos mirando,

el otro es el bulto del negro capuz.

"Que cante, que cante", le mandan a coro

las férreas figuras que en torno se ven;

lanzando un bramido terrible, cual toro,

"que cante", el verdugo repite también.

Quisiera el mancebo primero que al canto

dar rienda a la pena, que muere de afán;

mas fuerza le manda; y enjuga su llanto;

y canta; y de muerte sus cantos seran.

Trova

En medio de un monte fragoso

entre encinas colosales

de años ciento,

templo antiguo ya ruinoso

cercado de matorrales

tiene asiento.

,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

Aquí con su canto llegaba el mancebo,

un fraile que pasa le manda callar.

"¿Cantáis, y no lejos tenéis al que debo

por la vez postrera, triste, confesar?".

El fraile acabando siguió su camino:

callose el mancebo; y el tigre exclamó:

"Razón tiene el padre; sin ser adivino,

estoy persuadido de lo mismo yo".

"Cualquiera al mirarte, responde un soldado,

llegar a Simancas, pensara algún mal".

"¡Un mal, por mi vida, Fortún, que has errado:

mañana a mis manos muere un desleal".

"Alfonso García, famoso caudillo

que de Comuneros en Toledo fue,

mañana en los filos de aqueste cuchillo

por sus buenas obras hallara mercé".

"¿Mañana le matan?, con ansia pregunta,

¡mañana¡, el que el canto festivo entonó:

¡Mañana! ¡Es posible¡, y el alba despunta...

Verdad es: entonces hoy mismo murió".

El Beso

Levantan en medio de patio espacioso
cadalso enlutado, que causa pavor;
Un Cristo, dos velas, un tajo asqueroso
encima; y con ellos, el ejecutor.

Entorno al cadalso se ven los soldados,
que fieros empuñan terrible arcabuz,
a par del verdugo, mirando asombrados
al bulto vestido de negro capuz.

¿Qué tiemblas, muchacho, cobarde alimaña?
Bien puedes marcharte, y presto a mi fe.
Te faltan las fuerzas, si sobra la saña;
por Cristo bendito, que ya lo pensé.?

Diez doblas pediste, sayón mercenario,
diez doblas cabales al punto te di.
¿Pretendes ahora negarte, falsario,
la gracia que en cambio tan sola te pedí?

Rapaz, no por cierto, ¡creí que temblabas!;
bien presto al que odias verasle morir.
Y en esto, cerrojos se escuchan y aldabas,
y puertas cerradas se sienten abrir.

Salió el comunero gallardo, contrito,
oyendo al buen fraile que hablandole va;
enfrente al cadalso miró de hito a hito,
mas no de turbarse señales dará.

Encima, subido, de hinojos postrado,
el mártir por todos oró con fervor;
después sobre el tajo grosero inclinado:
¡El golpe de muerte!, clamó con valor.

Alzada en el aire su fiera cuchilla,
volviéndose un tanto con ira el sayón,
al triste que en vano lidió por Castilla,
prepara en la muerte cruel galardón.

Mas antes que el golpe descargue tremendo
veloz cual pelota que lanza arcabuz,
se arroja al cautivo ¡García!, diciendo,
el bulto vestido de negro capuz.

¡Mi Blanca!?, responde, y en un beso, el postrero,
se dan, y en el punto la espada cayó.
Terror invencible sintió el sayón fiero
cuando ambas cabezas cortadas miró.

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Don Jaime el Conquistador

Al Señor Don Luis Usoz del Río:

   Mi querido amigo: cuando el haberme sugerido tú la idea de poner en escena a D. Jaime I de Aragón, no fuese título bastante para dedicarte este drama, lo sería suficiente la antigua, sincera y estrecha amistad que nos une. Recibe, pues, esta ofrenda de mi cariño, atendiendo más a la voluntad del que la ofrece, que a la importancia del don.
     Aunque esta mi tercera producción dramática pertenece al género histórico, como las dos que han precedido, difiere sin embargo de aquellas en tanto, cuanto la experiencia ha ratificado mis principios, y hecho variar por consiguiente mi sistema.   Siempre he creído, y creo ahora, que el tipo del drama español debe ir a buscarse en nuestros grandes poetas del siglo XVII: pero la diferencia de épocas exige variaciones importantes; y en cuáles y cuántas deban ser estas, estriba para mí toda la dificultad.
     Así es que cuando escribí la Corte del Buen Retiro intenté amalgamar el romanticismo de Calderón con el de Dumas y Víctor Hugo: el público, indulgente en estremo con el drama, repugnó sin embargo abiertamente todo lo que en él halló de transpirenaico. No he sido indócil a sus lecciones: Bárbara Bomberg lo acredita suficientemente. Pero en esta última composición, confieso que el deseo de evitar exageraciones impuso al pensamiento trabas, que produgeron cierta languidez en todo el poema. En Don Jaime he procurado evitar ambos estremos, dejando al ingenio seguir la senda que le marcaba la inspiración del momento.
     No estará sin embargo de más esplicar la razón, así del giro que he dado a este drama, como de las pequeñas alteraciones que de la historia he hecho en él.
D. Jaime el Conquistador, por sus hazañas, por la independencia de su carácter, y por la firmeza de su espíritu, es uno de los más grandes monarcas que se cuentan en el catálogo de los de Aragón.
     Pero sus batallas, asunto escelente para la historia, y para el poema épico, serían presentadas en el teatro, una ridícula parodia. Era menester para darle a conocer en la escena ir a buscarle en su vida privada; y esto es cabalmente lo que yo he practicado.
     Su divorcio de Doña Leonor de Castilla, sus amores con Doña Teresa Vidaura, y su casamiento con Doña Violante de Hungría, son hechos que la historia consigna. La intervención que en este asunto tuvo el desgraciado Obispo de Gerona D. Berenguel Castelbibal no es menos notoria; pero la atrocidad cometida en su persona cortándole la lengua, me ha parecido demasiado repugnante para el teatro, y como tal la he suprimido.
     En cuanto al Cardenal Legado del Papa, a quien presento como agente de una intriga política,y haciendo servir la influencia espiritual de su Corte de instrumento para miras de otra especie: sobre que en su efecto es verdad que la Corte romana fue autora del enlace de Don Jaime con Doña Violante, las costumbres del tiempo y el espíritu de aquel siglo, hubieran sido por sí solos autorización suficiente para presentar al personage de que trato, en la forma en que lo hago. Y si bien mis principios conservadores me prescriben la ley de no usar del drama para destruir las creencias políticas y religiosas, que son el apoyo y fundamento de la sociedad, también donde quiera que veo abusos, me considero obligado a combatirlos. La
supremacía del Pontífice en materias espirituales, y las pretensiones de la Curia romana para ejercer una influencia omnímoda sobre pueblos y monarcas, son dos cosas enteramente distintas: respetando la primera, combatiré la segunda, siempre que la ocasión se me presente, como un principio absurdo y antisocial.
     Necesitaba mi drama un fin moral, el castigo de la ambiciosa Doña Teresa llena en mi concepto de esta indispensable condición.
     Creo, mi querido amigo, que el escritor que estima en más su reputación de hombre honrado, que el aura pasagera de la popularidad de un día, nunca tomará demasiadas precauciones para ponerse a cubierto de la gravísima acusación de inmoralidad con que la ligereza de los críticos intenta más de una vez manchar el nombre de los Poetas. He aquí por lo que he creído necesarias las observaciones que preceden.
     Por lo que respecta al mérito literario de esta composición, el público la juzgará, y yo de antemano me someto y resigno a su fallo. Una sola observación es la que creo que me es lícito hacer a mis futuros críticos: observación que se funda en un cargo, que en otra ocasión me han dirigido; a saber, que escribo con demasiada precipitación. Yo conozco que con esto han intentado disculpar los yerros de mi entendimiento; pero al mismo tiempo que mi corazón les agradece el buen deseo, mi conciencia me prohíbe aprovecharme de la ingeniosa disculpa que quieren proporcionarme. Es cierto que la Corte del Buen-Retiro se escribió en quince días,
pero Bárbara Blomberg es obra de meses, y otro tanto le sucede al Don Jaime. Así, pues, podré haber errado en uno y otro; pero el yerro será obra del entendimiento, y nunca de la voluntad.
     Si todos mis jueces hubiesen de mirar esta obra con la indulgencia, que estoy seguro encontrará en ti, no hubiera yo creído necesario nada de lo que llevo dicho; pero en el severo tribunal que me aguarda, no creo que parezca inoportuna esta mi anticipada apología.
     Repito, mi querido Luis, que quisiera ofrecerte una obra, digna en todos los conceptos, de tu ilustrado juicio; pero tal cual es me lisongeo de que la mirarás con cariño, por ser del compañero de tu infancia, cuya tierna amistad no han podido entibiar hasta ahora, ni entibiarán en lo sucesivo los años ni los acontecimientos.
Siempre tuyo de corazón,
                                                    Patricio de la Escosura

 

PERSONAJES

DON JAIME EL CONQUISTADOR.
DON PONCE HUGO, Conde de Ampurias.
DON PEDRO CORONES, Mayordomo de Aragón.
DON BERENGUEL CASTELBISBAL, Obispo de Gerona.
EL CARDENAL, Legado del Papa.
SANCHO, Escudero de DOÑA TERESA.
EL COMENDADOR DE AMPOSTA, Vicario del Temple.
DON GUILLÉN DE MONCADA, Infanzón de Aragón.
DON SANCHO ANTILLÓN, Infanzón de Aragón.
DON JIMÉN DE FOCES, Infanzón de Aragón.
DOÑA LEONOR DE CASTILLA, Primera Muger de DON
JAIME.
DOÑA TERESA VIDAURA, Dama Aragonesa.
DOÑA VIOLANTE DE HUNGRÍA, Segunda Muger de DON
JAIME.
Dos Reyes de Armas.
Dos Porteros.
Damas.
Caballeros.
Eclesiásticos.
Pajes.
Ballesteros.
Acompañamiento.
La escena en Zaragoza y sus inmediaciones, a principios del Siglo XIII.

Acto primero
Tocador de la Reina.
DOÑA LEONOR. DOÑA TERESA. DAMAS.
DOÑA LEONOR Ponedme bien el prendido:
dejad vos, Doña Teresa,
no quiero que me toquéis.
DOÑA TERESA Como mande Vuestra Alteza.
DOÑA LEONOR Tenéis mano desdichada. 5
DOÑA TERESA Culpa será de mi estrella.
DOÑA LEONOR (Aparte.) Cuando no de la intención
que no la tengo por buena.
Ahuecad ese brial. (A una DAMA.)
DOÑA TERESA Bella estáis, Señora Reina. 10
DOÑA LEONOR Cuando vos me lo decís
no debo de estar muy fea.
DOÑA TERESA Días hay, Señora mía,
que estáis por demás severa.
DOÑA LEONOR ¿Y la Reina de Aragón 15
a quién tiene que dar cuentas?
¿Quién ha de ser tan osado
que ponga freno a su lengua?
DOÑA TERESA Hablar podéis a placer.
DOÑA LEONOR ¿Vos me dais vuestra licencia? 20
Os olvidáis de quién sois...
DOÑA TERESA Una Dama solariega
de la casa de Vidaura
que a nadie cede en nobleza.
DOÑA LEONOR Y una Dama que en la Corte 25
se tiene por la más bella:
soberana en los torneos,
y que tan alto se eleva
con el loco pensamiento...
DOÑA TERESA Quede con Dios, Vuestra Alteza. 30
DOÑA LEONOR Me habéis de escuchar por Dios.
DOÑA TERESA No juréis... Con vuestra venia,
DOÑA LEONOR He dicho que me escuchéis,
y es razón se me obedezca;
que, después del Rey, aquí 35
soy, Vidaura, la primera.
DOÑA TERESA Vuestra Alteza está enojada,
no sé qué razón se tenga.
DOÑA LEONOR ¿No conocéis de mi enojo
la ocasión, Doña Teresa? 40
DOÑA TERESA Si es conmigo, con dejaros
cesará vuestra querella.
Señora soy en mi casa
si aquí vuestra Camarera.
DOÑA LEONOR No os iréis... Dejadnos solas (A las DAMAS
que se van.)
45
No está bien una doncella,
sin quien la guarde en su casa,
y más con tanta belleza.
DOÑA TERESA La doncella está segura;
si como hermosa es honesta, 50
demás, Señora, que a vos
aunque cierto sois mi Reina,
no dejó en su testamento
mi buen padre mi tutela.
Enójanle mis servicios 55
hace días a Su Alteza,
cada acento que profiero
lo escucha como blasfemia;
las sinrazones que sufro
ya, Señora, al colmo llegan. 60
Guárdeos Dios de todo mal,
otorgad vuestra licencia...
Sufrir más no le está bien
a muger de mi nobleza.
DOÑA LEONOR Os he dejado decir 65
a placer, Doña Teresa;
mas lo noble de la sangre
no os servirá de defensa,
que en el que hereda blasones
es la culpa doble afrenta. 70
DOÑA TERESA ¿Qué decís, Doña Leonor...?
DOÑA LEONOR No interrumpáis a la Reina,
que sois hija de vasallo...
DOÑA TERESA Sí, Señora, mas no sierva,
y poner duda en mi honra 75
ni a vos misma lo sufriera.
DOÑA LEONOR Altiva sois por demás,
irascible aragonesa,
y en serlo tanto conmigo
no andáis, a mi ver, muy cuerda. 80
Debierais tener presente
que huérfana os recogiera,
que en Palacio habéis vivido,
que os he sentado a mi mesa.
DOÑA TERESA Me recogisteis a mí, 85
me sacasteis de mis tierras;
soy Señora de vasallos,
no vivo a merced agena.
DOÑA LEONOR La que niega el beneficio
muy mal pagará la deuda. 90
DOÑA TERESA Yo no tengo otra con vos...
DOÑA LEONOR Tened a raya la lengua,
que a sufrir vuestra osadía
no basta ya mi paciencia.
DOÑA TERESA En fin, ¿qué quiere de mí 95
podrá decirme Su Alteza?
DOÑA LEONOR No está bien que yo lo diga,
y quiero que se me entienda.
DOÑA TERESA Para adivinar enigmas,
Señora, no soy profeta. 100
DOÑA LEONOR Bien sabéis vos lo que hacéis.
DOÑA TERESA Nada que hacer no convenga
a una muger como yo.
DOÑA LEONOR Ancha tenéis la conciencia.
DOÑA TERESA ¡Señora! 105
DOÑA LEONOR No digo nada
que a la verdad no merezca.
DOÑA TERESA Es verdad que lo escuché:
yo no sueño; estoy despierta.
Tengo sangre de Vidaura, 110
y sobrevivió a mi afrenta.
DOÑA LEONOR Valdrale más que ese orgullo
en temor de Dios convierta;
y que implore su perdón,
que tal vez se lo conceda. 115
Pero advierta si a mi voz
rebelde el ánimo cierra,
que a mí no ha de cautivarme
su tan preciada belleza;
y no olvide que Don Jaime 120
aunque ciñe la diadema,
parte su trono conmigo
que soy su esposa, y la Reina. (Vase.)
Escena II
DOÑA TERESA.
Eres su esposa..., es verdad,
la Reina..., también es cierto, 125
pero tiembla, te lo advierto,
mi ofendida vanidad.
No te engañe la pasión:
no así provoques mi encono;
que tener delante un trono 130
es muy fuerte tentación.
¡Un trono!..., ¡tanto esplendor!
Todo Aragón a mis pies,
y escuchar: -«¡la esposa es
de Jaime el Conquistador!» 135
En vida fausto y riqueza,
y muriendo alto renombre,
¿quién habrá que no se asombre
del poder de mi belleza?
Mal, Infanta de Castilla, 140
hicisteis en provocarme,
que he de probar por vengarme
a quitaros vuestra silla.
Escena III
DOÑA TERESA. DON JAIME.
DON JAIME Claro este día, Señora,
para mí a lucir empieza 145
mostrando vuestra belleza
al corazón que os adora.
DOÑA TERESA Vuestra Alteza a su consorte
engañado piensa hablar.
DON JAIME ¿Quién os puede equivocar 150
con otra a vos en mi Corte?
¡Confundiros con Leonor!
¿Ignoro yo por ventura
que envidian vuestra hermosura
los ángeles del Señor? 155
DOÑA TERESA Muy galán estáis, el Rey.
DON JAIME De vos sólo soy vasallo.
DOÑA TERESA Señor, más vale dejallo,
que ese amor es contra ley.
DON JAIME En amar no hay elección, 160
sino fuerza del destino:
por voluntad no me inclino
que me arrastra el corazón.
DOÑA TERESA Respetad vuestra coyunda.
DON JAIME ¿Y qué importa?
DOÑA TERESA Gran Señor, 165
yo soy noble.
DON JAIME ¿El desamor
en eso sólo se funda?
DOÑA TERESA No está bien que una doncella
escuche pláticas tales. 170
Otras menos principales
atiendan vuestra querella.
DON JAIME ¿Juzgaisme vos tan liviano
que a cualquiera rinda el cuello
como a vos que sois destello 175
del alto Dios soberano?
Os engañáis por mi vida,
que vos fuisteis la primera
y habéis de ser la postrera
muger de Jaime querida. 180
DOÑA TERESA ¿Pero, y la Reina, señor?
Con ella casado estáis.
DON JAIME En eso no os engañáis;
pero no tiene mi amor.
DOÑA TERESA Mas lo debiera tener. 185
DON JAIME ¡Amar por obligación!
DOÑA TERESA Eso manda la razón.
DON JAIME Y es imposible de hacer.
Apenas de doce años,
casado en Castilla fui, 190
pensando evitar así
mis vasallos muchos daños.
Amé a Leonor como hermana,
que en aquella tierna edad
no puede amor en verdad 195
rendir el alma lozana.
Si hermosura he visto en vos
con ingenio peregrino,
mas es culpa del destino
que de alguno de los dos. 200
Que os ame quiere mi estrella,
que de no quererlo así,
ni me hiciera tierno a mí
ni a vos, Señora, tan bella.
DOÑA TERESA Debiera el Rey por lo menos, 205
si no escucha la virtud,
pensar que a mí la quietud
me cuestan yerros agenos.
DON JAIME ¿La quietud os turbo yo?
¿Decís, Señora, verdad? 210
DOÑA TERESA Sí, Señor.
DON JAIME Pues acabad:
¿Luego me amáis?
DOÑA TERESA Eso no.
Que si llego yo a querer, 215
tened, Señor, entendido,
que al que fuere mi marido
solamente podrá ser.
Ese amor que mostráis
lo miro como un baldón, 220
que sobra con la intención
para qué a mí me ofendáis.
Guardad vuestros amoríos
para la Reina no más:
ni esperéis de mí jamás 225
que escuche esos desvaríos.
DON JAIME Mirad si es fuerza de estrella
nueva red amor me tiende;
cuando el enojo os enciende
me parecéis muy más bella. 230
DOÑA TERESA Será bien que se termine
de una vez esta contienda,
y que Vuestra Alteza entienda
no hay que esperar que decline...
DON JAIME Ni os lo pido yo tampoco; 235
que a un tiempo adoro y venero,
Teresa; y soy caballero
aunque amor me tiene loco.
DOÑA TERESA ¿Y qué pretendéis, Señor?
DON JAIME ¡Tanto en hablar os ofendo! 240
Que escuchéis sólo pretendo
las quejas de mi dolor.
DOÑA TERESA Ni las quejas están bien
en un Rey tan animoso.
DON JAIME Si he nacido poderoso, 245
hombre he nacido también.
DOÑA TERESA Basta, Señor; que no es justo,
os lo vuelvo a repetir,
que ni vos podáis decir
que escucho amores con gusto. 250
Don Jaime sois de Aragón,
de toda España temido,
pero sin ser mi marido
no tendréis mi corazón.
DON JAIME ¿Habéis de ser tan cruel 255
que me quitéis la esperanza?
DOÑA TERESA Ninguna a mí se me alcanza.
DOÑA LEONOR (Al paño.) ¡Aquí con ella el infiel!
DON JAIME (Con pasión tomando una mano a DOÑA
TERESA.)
Partiré con vos mi silla
si otorgáis una mirada. 260
DOÑA LEONOR (Presentándose: bajo al REY.)
No haréis tal, que está ocupada
por la Infanta de Castilla.
DOÑA TERESA. D. JAIME. DOÑA LEONOR.
DOÑA LEONOR (Bajo al REY.) Así, D. Jaime, pagáis
a quien os ama constante...
DON JAIME (Saludando.) Para un negocio importante 265
será bien que permitáis...
DOÑA LEONOR Cuando ya no por amor
debierais por cortesía
escuchar la queja mía. (La Reina hace seña a
DOÑA TERESA para que se retire, y ésta lo
verifica, aunque con disgusto, mirándola con
insolencia, y recibiendo de ella una mirada de
desprecio.)
DON JAIME ¿Tenéis quejas vos de mí?, 270
en qué las fundáis ignoro.
¿De qué proviene ese lloro?
DOÑA LEONOR Proviene de lo que vi.
DON JAIME ¿Y qué habéis podido ver?
Dejad por Dios esos zelos. 275
DOÑA LEONOR No son zelos, evidencias.
DON JAIME Dejad también las sentencias.
DOÑA LEONOR ¿Esos son vuestros consuelos?
Ya no puedo más sufrir,
Don Jaime, vuestro desvío, 280
las penas del pecho mío
las quiero al menos decir.
DON JAIME Fantasmas imagináis,
que de entrambos son tormento.
DOÑA LEONOR ¿Y de las penas que siento 285
así cruel os burláis?
Fantasmas decís que son,
y yo misma os estoy viendo
el cuello altivo rindiendo
a una adúltera pasión. 290
¿A quién siempre en los torneos
el premio, Jaime, ofrecéis?
Aquí en la Corte atendéis
de una sola a los deseos.
Una sola, ¿y quién es esa? 295
No es vuestra esposa Leonor,
que nadie os inspira amor,
a no ser Doña Teresa.
DON JAIME No diréis que no os escucho
con admirable paciencia. 300
DOÑA LEONOR Como os habla la conciencia,
que a mí me escuchéis no es mucho.
DON JAIME Si no tenéis que decirme
cosa ya que más importe... (Hace que se va.)
DOÑA LEONOR (Deteniéndole.) Quiero que deje la Corte... 305
(D. JAIME insiste in irse, DOÑA LEONOR le
detiene.)
Esperad, que habéis de oírme.
DON JAIME Señora, estáis tan a espacio.
DOÑA LEONOR Salga, Señor, salga luego
la muger que os tiene ciego...
DON JAIME Ella saldrá de Palacio. 310
DOÑA LEONOR De la Corte ha de salir.
DON JAIME ¿A algún lejano destierro?
DOÑA LEONOR No, Señor, para un encierro.
DON JAIME No lo habéis de conseguir.
Por no causaros enojo 315
está bien salga de aquí,
pero encerrarla, de mí
no lo espere vuestro antojo.
DOÑA LEONOR ¿Así me tratáis por ella?
DON JAIME La destierro, y os quejáis... 320
DOÑA LEONOR ¿Por qué no la castigáis?
DON JAIME ¿De cuál culpa? ¿De ser ella?
Vos andáis, Leonor, muy ciega,
os fuera mejor callar;
que a veces logra el llorar 325
lo que a las quejas niega.
DOÑA LEONOR Don Jaime, ¿qué me decís?
DON JAIME Que os quejáis con demasía,
y queréis que llegue día
en que tal vez... 330
DOÑA LEONOR ¿Presumís
que tolerarlo pudiera?
Os engañáis por mi vida,
ya que no amada, temida
he de ser por vos siquiera. 335
DON JAIME Mirad, Leonor, lo que hacéis,
que soy el Conquistador.
DOÑA LEONOR ¿Qué ha de hacer vuestro furor?
DON JAIME Os advierto que os perdéis:
hasta el destierro revoco. 340
DOÑA LEONOR Yo la pondré en un convento.
DON JAIME No lo haréis.
DOÑA LEONOR En el momento.
DON JAIME Leonor, Leonor, poco a poco.
DOÑA LEONOR Ella o yo: no hay vacilar; 345
y yo no puedo salir...
DON JAIME Si yo os llegara a decir
que os pudierais engañar...
DOÑA LEONOR El engañado sois vos
si olvidáis que estáis casado; 350
y para siempre ligado,
que lo jurasteis a Dios.
DON JAIME ¿Queréis que olvide esta historia?
Dadla vos misma al olvido.
DOÑA LEONOR Conceded lo que he pedido 355
y renuncio a su memoria.
DON JAIME Os he dicho ya que no,
Leonor, es cosa terrible.
DOÑA LEONOR ¿Vos no queréis inflexible?
Pues sabed que lo haré yo. 360
DON JAIME Nadie mando lo que el Rey
ha llegado a prohibir.
Para el que osa resistir
castigos tiene la ley.
DOÑA LEONOR ¿Para la Reina castigo? 365
DON JAIME No estéis, Señora, tan vana,
hoy reináis... Tal vez mañana...
DOÑA LEONOR ¿Qué decís?
DON JAIME Sé lo que digo. (Vase.)
Escena VI
LA REINA DOÑA LEONOR.
¿Así pensáis que se humilla 370
a la Reina de Aragón?
Pues ella, obrando en razón,
no teme vuestra cuchilla. (Llegándose a la
puerta y llamando.)
Una dama. -Vive el cielo, (Vuelve al
proscenio.)
que me habéis de conocer. (Sale la DAMA.) 375
A Teresa quiero ver, (Vase la DAMA.)
yo sabré atajarle el vuelo. (Siéntase. -A muy
breve espacio sale DOÑA TERESA, y se queda
al estremo opuesto.)
Escena VII
DOÑA LEONOR. DOÑA TERESA.
DOÑA LEONOR Teresa Vidaura,
la noble, la bella,
la fúlgida estrella 380
de todo Aragón:
a vos de hermosura
milagro increíble,
ha poco, terrible
traté sin razón. 385
DOÑA TERESA Lisonjas, Señora,
Teresa no os pide;
que ofensas olvide
podréis conseguir;
pues dice, mi Reina, 390
que erró vuestro labio,
no debo a mi agravio
más cura pedir.
DOÑA LEONOR ¿Estáis satisfecha?
DOÑA TERESA ¿Pudiera no estarlo? 395
Lo estoy.
DOÑA LEONOR En lograrlo
gran dicha alcancé.
Mas como al enojo
tal vez soy propensa,
de nuevo la ofensa 400
no sé si os haré.
DOÑA TERESA La Reina se burla
según se está viendo.
DOÑA LEONOR Me vais comprendiendo;
de burlas estoy. 405
DOÑA TERESA Si burlas no fuesen...
DOÑA LEONOR Llegarán a veras,
y tú las sufrieras,
a fe de quien soy.
DOÑA TERESA Pudiera engañarse 410
la Reina.
DOÑA LEONOR No puede.
Tu orgullo ya escede
de noble pasión.
Y no de que la causa
no alcanzo presumas, 415
ya sé con qué plumas
voló tu ambición...
La lengua no muevas,
la Reina está hablando;
escucha, temblando, 420
Teresa, hasta el fin.
Mi voz te parezca
el grito severo
que el día postrero
dará el Querubín. 425
Muger de artificios,
criada traidora,
a mí, tu Señora,
¿me vendes infiel?
¿Conoces tu crimen? 430
¿Alcanzas la pena?
¿Y aún alzas serena
la frente cruel?
No más tolerarte,
no más: llegó el día. 435
Sufrirte sería
ya más que baldón.
No ultraje estos muros
tu aliento precito.
No más, te repito, 440
serán tu mansión. (Llégase a la puerta.)
Mis pajes -¡Teresa!,
temblad no me enoje. (Salen dos pajes.)
(A los pies.) De aquí se la arroje,
si tarda en salir. (TERESA quiere hablar, la
REINA se lo impide.)
445
Pensar aplacarme
es vana esperanza.
DOÑA TERESA (Yéndose.) Entonces venganza,
Leonor, o morir.
FIN DEL ACTO PRIMERO


Acto segundo
Castillo de DOÑA TERESA a media legua de Zaragoza. Salón gótico con adornos y
muebles de la época.
Escena primera
DOÑA TERESA sentada, apoyada la cabeza en una mano. -Preocupada, pero no abatida. -
DON PEDRO CORONEL.
DON PEDRO CORONEL ¿No me respondéis, Señora? 450
Ved que es del Rey el mensaje;
y Don Pedro Coronel,
su mayordomo, le trae.
DOÑA TERESA A estarme bien yo os prometo
que diera en respuesta un guante, 455
que mancillar a un Vidaura
no lo puede ni Don Jaime.
DON PEDRO CORONEL Muy sentida estáis, Señora,
y no lo merece el lance...
DOÑA TERESA (Levantándose indignada.)
Don Pedro, vos olvidáis 460
quien ha sido mi buen padre.
DON PEDRO CORONEL Recuerdo, Doña Teresa,
y estimo vuestro linaje:
pero en fin, lo que os sucede
no hay porque tanto os agravie. 465
Erais ayer Camarera;
si hoy no lo sois, no os espante,
que es la fortuna de Corte
más que todas variable.
DOÑA TERESA ¡Camarera!, sí, lo fui: 470
tengo de ello que acusarme,
que teniendo yo vasallos
no debí...
DON PEDRO CORONEL Teresa, baste:
que toca ya en desleal
vuestro atrevido lenguaje. 475
Señora sois de vasallos,
ni el Rey lo ignora, ni nadie;
mas sois vasalla también
y lo sois de un Rey tan grande...
DOÑA TERESA ¿Os hizo de sus hazañas 480
coronista el gran Don Jaime?
DON PEDRO CORONEL Hízome por obediencia
venir a vos con mensage.
El Rey, Señora, os lo dije,
sin que respuesta lograse, 485
quiere asistáis en su Corte.
DOÑA TERESA ¿Para qué?, ¿para ultrajarme?
DON PEDRO CORONEL Cuales sean sus intentos
preguntadlo al Rey, si os place;
con deciros sus palabras 490
por mi parte hice bastante.
DOÑA TERESA Y aun sobrado me parece.
Volver podéis a buscarle.
DON PEDRO CORONEL ¡Cómo!, ¿sin respuesta alguna?
Señora, ved no se canse 495
de sufrir vuestras locuras
y su cólera descargue.
DOÑA TERESA ¿Una respuesta queréis?
Pues esta mía llevadle,
y repetid mis palabras 500
una por una a Don Jaime.
Despidiome de Palacio
la Reina, Dios se lo pague,
que mugeres como yo
no deben servir a nadie: 505
librarme de que le vea,
merced ha sido y muy grande;
pero ultrage ha sido el modo,
y no puedo perdonarle.
Decid al Rey, que a la Corte 510
en llamarme no se canse.
Donde esté Doña Leonor
que no me espere Don Jaime.
DON PEDRO CORONEL ¿Eso al Rey he de decir?
DOÑA TERESA Si os parece que lo aclare... 515
DON PEDRO CORONEL No, por Dios, pero quisiera...
DOÑA TERESA Os cansáis, Don Pedro, en valde.
DON PEDRO CORONEL No dejéis que al precipicio
vuestra cólera os arrastre.
DOÑA TERESA Os agradezco el consejo, 520
mas no puedo ya tomarle.
Llevad, llevad la respuesta
al Rey de vuestro mensage.
DON PEDRO CORONEL (Yéndose y saludando.)
Puesto que así lo queréis...,
el cielo, Señora, os guarde. 525
DOÑA TERESA Al Rey de cuanto os he dicho
nada el respeto disfrace. (Vase DON PEDRO.)
Escena II
DOÑA TERESA.
Más bravo que cortesano
eres Pedro Coronel,
la cólera que te asusta 530
es la que quiero encender.
No hay medio, Doña Teresa,
o el hábito o el laurel:
o morir en la demanda
o el trono bajo mis pies. 535
No son, Jaime, para Damas
mugeres de mi valer;
partirás conmigo el cetro,
o nunca tuya seré.
Escena III
DOÑA TERESA. SANCHO, con botas y espuelas.
DOÑA TERESA Venid en buen hora, Sancho: 540
no tardasteis mucho a fe.
SANCHO Encargásteisme, Señora,
la diligencia.
DOÑA TERESA Está bien.
¿Hablasteis con el Obispo?
SANCHO Vuestras cartas le entregué; 545
regaba el santo varón
con lágrimas el papel.
DOÑA TERESA ¿Dio respuesta?
SANCHO De palabra.
No me quiso detener.
«Aunque anciano y achacoso, 550
me dijo, no tardaré
en ver a Doña Teresa.
Al mayordomo prevén
tú mismo, ensillen mi mula,
la distancia corta es...» 555
DOÑA TERESA En fin, que viene al momento.
SANCHO Como en tres horas esté...
DOÑA TERESA ¿En media legua tres horas?
SANCHO Tienen de plomo los pies
los Obispos...
DOÑA TERESA ¿Y la Corte? 560
SANCHO Es la torre de Babel.
Desde anoche que faltáis
todos preguntan por qué.
DOÑA TERESA ¿Y qué dicen?
SANCHO Desatinos
y mentiras a placer. 565
Lo que hay de cierto, Señora,
es que desde anoche al Rey
no le ha visto otra persona
que Don Pedro Coronel.
La Reina se está encerrada 570
en su cámara también,
quieren decir que llorando,
mas yo en verdad no lo sé.
DOÑA TERESA ¿No hay más?
SANCHO Por Dios los olvidaba:
y fuera cosa de ver. 575
Llegó un Legado del Papa,
nadie sabe para qué.
Dicen uno que es cruzada,
que el Rey va a Jerusalén,
para Granada los otros. 580
Este a Valencia, otro a Fez...
Esto corre por el vulgo,
los nobles dicen que el Rey,
las causas por que ha venido
el que sabe solo es. 585
Añaden que él lo ha pedido,
no para asuntos de fe...
DOÑA TERESA ¿Y con qué objeto no esplican?
SANCHO No lo he llegado a entender.
DOÑA TERESA Vete, Sancho.
SANCHO Para veros, 590
y he de decirlo olvidé,
espera vuestra licencia
un caballero.
DOÑA TERESA Di quién.
SANCHO Señora, el Conde de Ampurias.
DOÑA TERESA ¿Y le has hecho detener?, 595
venga al punto, no te tardes.
SANCHO Voy, Señora, volaré. (Vase.)
Escena IV
DOÑA TERESA. EL CONDE DE AMPURIAS.
DOÑA TERESA Os debo escusas, Señor,
de haberos hecho esperar.
EL CONDE DE AMPURIAS Lo que perdí en el tardar 600
lo gano en ese favor.
DOÑA TERESA Conde, tomad una silla (El CONDE después de
saludar se sienta.)
Qué mandáis decid ahora.
EL CONDE DE AMPURIAS Tiemblo esplicarme, Señora.
DOÑA TERESA Temblar vos es maravilla. 605
EL CONDE DE AMPURIAS Jamás la lanza enemiga
me hizo, Señora, temblar,
que Dios me quiso ayudar,
y es muy fuerte mi loriga.
Mas al rayo abrasador 610
de vuestros ojos divinos
a esos rasgos peregrinos
que envidiara al mismo amor...
DOÑA TERESA Conde, Conde, deliráis...
EL CONDE DE AMPURIAS De amor, Señora, deliro. 615
DOÑA TERESA ¿Ningún respeto os inspiro?
EL CONDE DE AMPURIAS No hay para que os ofendáis.
Mi mano os vengo a ofrecer,
mis estados, mis vasallos,
venid, pues, a gobernallos 620
a vuestro solo placer.
Feudatario soy, mas puedo
como el Rey batir moneda,
si otro aquí más noble queda,
al punto el campo le cedo: 625
que aunque sin vos moriré:
cosa que bien no os esté
no intenta quien os adora.
DOÑA TERESA De tan súbita pasión...
EL CONDE DE AMPURIAS Os amo desde que os vi, 630
desde entonces estáis, sí
grabada en el corazón.
Pero en la Corte os miraba,
y en el colmo del favor,
y declararos mi amor 635
siempre el alma recelaba.
DOÑA TERESA Yo agradezco...
EL CONDE DE AMPURIAS ¡Agradecer!
DOÑA TERESA Cuando agradece una dama...
EL CONDE DE AMPURIAS Eso no basta a la llama
que ha llegado aquí a prender. 640
DOÑA TERESA Escuchad: costumbre es ley;
las mugeres de mi estado,
en Aragón no han casado
sino por mano del Rey.
EL CONDE DE AMPURIAS (De rodillas, besándole la mano.)
¡Oh venturoso momento! (SANCHO
apresuradamente en la puerta del foro, EL
REY le sigue y ve al CONDE levantarse.)
645
SANCHO El Rey. (Vase.)
DOÑA TERESA ¡Don Jaime!
DON JAIME (Apareciendo.) Sí, yo...
Escena V
DON JAIME con botas y espuelas, cubierto de polvo. DOÑA TERESA. -EL CONDE DE
AMPURIAS.
DON JAIME De la amorosa plática, Señora,
pésame a la verdad romper el hilo.
DOÑA TERESA El Conde, gran Señor, me hablaba ahora.
EL CONDE DE AMPURIAS Estaba suplicando...
DON JAIME Conde, vilo. 650
EL CONDE DE AMPURIAS No ha de quedar sospecha a Vuestra Alteza.
DON JAIME A los pies de esta dama he visto a un hombre.
DOÑA TERESA ¡Cómo, Señor!,¡dudar de mi pureza!
EL CONDE DE AMPURIAS Mi mano le ofrecía con mi nombre.
DON JAIME ¿Y ella aceptó?
DOÑA TERESA Si vos venís en ello. 655
EL CONDE DE AMPURIAS Otorgad pues, Señor, vuestra licencia.
DON JAIME (Aparte, conteniéndose con dificultad.)
No sé cómo en el muro no le estrello.
(Haciéndole una seña para que se retire.)
Lo pensaré después: tened paciencia.
EL CONDE DE AMPURIAS (Aparte.) Vive Dio que no sé si me reporte.
DON JAIME (Bajo a DOÑA TERESA.)
¡Un amante, Teresa!
DOÑA TERESA ¡Mi decoro! 660
DON JAIME (Al CONDE.)
Mañana, Conde, os hablaré en la Corte.
EL CONDE DE AMPURIAS (Con altivez mal disfrazada.)
Por que aquí no ha de ser, Señor, ignoro.
DOÑA TERESA (Pasando rápidamente por el lado del CONDE,
y bajo a él.)
Cordura, si me amáis.
DON JAIME ¡Sois impaciente!
Amante sois y en suma no lo estraño;
mas debo yo de ser cauto y prudente, 665
que hago oficios de padre.
EL CONDE DE AMPURIAS Ningún daño
temerá de este enlace Vuestra Alteza,
que me falta en verdad merecimiento,
mas me sobran blasones y riqueza
para lograr tan noble casamiento. 670
DON JAIME Vive Dios, Catalán, mal domeñado...
EL CONDE DE AMPURIAS ¿A un infanzón tratáis de mi valía?
DOÑA TERESA (Al CON.) Que os perdéis. (A D. DON JAIME)
¡Por piedad!
DON JAIME (Aparte a DOÑA TERESA.) Como es amado
imprudente mi enojo desafía. 675
(Al CONDE.)
Salid de aquí, Don Ponce, sin demora,
y la Corte también dejad hoy mismo.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Me desterráis a mí?
DON JAIME Marchad, y ahora.
EL CONDE DE AMPURIAS Antes un rayo me hundirá al abismo.
DON JAIME Desleal a su Rey...
DOÑA TERESA Señor, delira: 680
no le escuchéis por Dios..., callad el Conde.
DON JAIME (Bajo a DOÑA TERESA.)
El amor que ese pérfido os inspira,
muy mal, Teresa, vuestro pecho esconde.
EL CONDE DE AMPURIAS Renuncio a vuestras tierras y obediencia,
de hoy más ya no he de ser vuestro vasallo. 685
Lo que me niega aquí vuestra violencia
con mi lanza, Don Jaime, he de ganallo. (Vase.)
DON JAIME (Empuñando.)
Aguarda desleal, prueba mi acero.
DOÑA TERESA (Deteniéndole.)
Don Jaime, mi Señor.
DON JAIME (Intentando desasirse.) Él es tu amante. 690
DOÑA TERESA (Siempre deteniéndole.)
¿Y le amo yo?
DON JAIME Tal vez: saberlo quiero.
DOÑA TERESA ¿Enviárosle a vos no fue bastante? (Con
ternura. -Ademán de placer en EL REY.)
Escena VI
DICHOS. SANCHO precediendo al Legado del Papa, a quien acompañan pajes, y otros
eclesiásticos que se retiran desde la puerta.
SANCHO (Dentro.) Plaza al Señor Cardenal. (Entra y se
coloca en el fondo.)
DON JAIME (A TERESA.) Yo os hablaré antes de irme.
EL LEGADO Cumpliendo de Vuestra Alteza, 695
Señor, las órdenes, vine...
DON JAIME Los preceptos de la Iglesia
yo soy quien espera humilde.
Urge el tiempo, en otra estancia
si esta dama lo permite... 670
DOÑA TERESA Al vasallo que es leal
nunca permiso le pide
el Rey para hacer su gusto.
DON JAIME (Bajo a ella.) Que el esclavo solicite...
DOÑA TERESA (Señalando una de las puertas laterales.)
Allí puede Vuestra Alteza... 675
DON JAIME Señor Cardenal, seguidme. (Entra el
CARDENAL y EL REY por la puerta que
señaló DOÑA TERESA.)
Escena VII
DOÑA TERESA. SANCHO.
DOÑA TERESA Y tú, Sancho, ven conmigo,
y a cabalgar te apercibe
que a Zaragoza has de ir.
SANCHO Otro viage; ¡es posible! 680
DOÑA TERESA Un mensage has de llevar,
que mis congojas termine. (Vanse por el lado
opuesto a la puerta porque entraron EL REY y
EL CARDENAL. -DON PEDRO CORONEL y
el OBISPO DE GERONA entran en el foro.)
Escena VIII
EL OBISPO DE GERONA, DON PEDRO CORONEL.
DON PEDRO CORONEL Honrado está este castillo
con Prelado tan insigne.
EL OBISPO DE GERONA Lisonjas, Señor Don Pedro, 685
en la Iglesia no se admiten:
la casa de los Vidauras
honra siempre a quien recibe.
Mas permitid que de veros
en este sitio me admire, 690
pues viniendo a consolar
a quien la Corte despide,
más que de lágrimas hallo
apariencias de festines.
De pages y de escuderos 695
antecámara no hay libre.
Los colores de Don Jaime,
unos contemplo que visten,
y al lado de su blasones,
de Aragón preciados timbres, 670
las llaves del pescador
que a los siervos de Dios sirve.
¿Repele a Doña Teresa
la Corte acaso, o la sigue?
DON PEDRO CORONEL Responder a esa pregunta 675
no podrá quien no adivine,
porque el viento del favor
sin leyes ciertas se rige.
EL OBISPO DE GERONA ¿Mas en fin, porque aquí estáis,
podéis, Don Pedro, decirme? 680
DON PEDRO CORONEL Porque sirvo a mi Señor.
EL OBISPO DE GERONA Luego el Rey...
DON PEDRO CORONEL Consuela al triste;
y vos llegáis algo tarde
para que en nada se alivie.
EL OBISPO DE GERONA ¿Aquí Su Alteza ha venido? 685
DON PEDRO CORONEL Su cetrería le sigue,
que la caza...
EL OBISPO DE GERONA ¿Por pretesto?
DON PEDRO CORONEL ¡Por pretesto! -No lo dije;
ni lo pensé, porque nunca
cuando el Rey no me lo dice, 690
presumo que sus intentos
adivinar me permite.
EL OBISPO DE GERONA Pero, ¿y las armas de Roma?
DON PEDRO CORONEL Del Legado.
EL OBISPO DE GERONA ¿Y qué, le sigue
también a caza el Legado? 695
DON PEDRO CORONEL Aquí entraba cuando vine,
que yo al Rey no acompañé
cuando salió. -Es muy posible
que aquí espere sin testigos
lograr más presto sus fines. 700
EL OBISPO DE GERONA ¿Usar en cosas de Iglesia
de tan profanos ardides?
DON PEDRO CORONEL Yo respeto a vuestra madre,
y a sus ministros humilde,
pero las cosas de Corte 705
de otra manera se miden.
EL OBISPO DE GERONA Nadie sabe del Legado
la misión.
DON PEDRO CORONEL La gente dice
que pretende que Don Jaime
en la Cruzada se aliste. 710
EL OBISPO DE GERONA ¡Cruzada! ¡Santo designio!
DON PEDRO CORONEL ¡Santo en verdad!, mientras gime
media España bajo el yugo
del musulmán inflexible,
¿será bien que sus soldados 715
en la ardiente Siria lidien?
Granada no está muy lejos,
Valencia en nuestros confines...
EL OBISPO DE GERONA Hablillas del vulgo son,
y como tales se miren. 720
DON PEDRO CORONEL La nobleza de estos reinos
en la fe de Cristo vive,
por ella toda su sangre
dará con ánimo firme;
mas mientras sólo un Alarbe 725
la arena española pise,
no esperen que en otras playas
la pujante lanza enristre.
Y a un prelado, que del Rey
de continuo al lado asiste, 730
al Obispo de Gerona
que su conciencia dirige,
no está demás que mi celo
la contingencia le avise.
EL OBISPO DE GERONA El Obispo de Gerona 735
siempre consejos admite.
A Su Alteza, si gustáis,
que aquí estoy podéis decirle.
DON PEDRO CORONEL Vedle aquí con el Legado.
Lo que os dije no se olvide. 740
Escena IX
EL OBISPO DE GERONA. D. PEDRO CORONES. EL LEGADO y DON JAIME
acompañándole.
EL LEGADO (A la puerta de la cámara.)
No prosiga Vuestra Alteza
si no quiere confundirme.
DON JAIME Hasta veros a caballo
no esperéis que me retire.
EL LEGADO Tan cortés como valiente: 745
digno en todo de su estirpe.
(Dirígense a la puerta del foro. -EL OBISPO y D. PEDRO CORONEL saludan. -EL REY y
el LEGADO se detienen.)
EL OBISPO DE GERONA La paz del Señor con vos.
DON JAIME Que os encuentre aquí permite
cuando en vos pensando estaba.
(Al LEGADO señalando al OBISPO.)
Mi confesor, el que os dije: 750
en letras y en santidad
veréis que es varón insigne.
EL OBISPO DE GERONA Vuestra Alteza puede siempre
contar con su siervo humilde.
DON JAIME El Legado no os ha visto 755
a vos que sois la más firme
columna de nuestra Iglesia.
EL OBISPO DE GERONA No más, Señor, permitidme:
el Cardenal me dispense
si no salí a recibirle, 760
que ignoraba su venida.
EL LEGADO Llegar incógnito quise
por razones que muy presto
sin duda a vos se confíen.
DON JAIME No retardemos, por Dios, 765
lo que puede concluirse. (Aparte al LEGADO.)
Cardenal, con más secreto
podéis aquí mismo oírle.
EL LEGADO Negocio, Señor, tan grave...
DON JAIME Es fuerza que se termine. 770
Yo ayudaré a la Cruzada,
que es lo que el Papa me pide.
EL LEGADO Y él en nombre del Señor
vuestra corona bendice.
DON JAIME Está bien, pero no basta 775
su bendición a mis fines.
Ya sabéis mis condiciones. (EL REY va
conduciendo al CARDENAL a la puerta de la
cámara, y al llegar a este verso le saluda y
hace entrar por ella.)
DON JAIME (Al OBISPO.) D. Berenguel, vos oídme:
al Legado que os espera
yo de Roma venir hice: 780
consultar quiere con vos:
que es mi vasallo no olvide
el Obispo de Gerona,
y sepa diestro servirme. (Hácele seña para que
siga al LEGADO, y así lo ejecuta saludando.)
Mayordomo de Aragón, 785
a la Corte se prohíbe
vuelva page ni escudero
de cuantos con vos me siguen;
en vuestro celo descanso,
que se hará cuanto previne. (D. JAIME entra
donde lo hicieron EL LEGADO y el OBISPO.)
790
Escena X
D. PEDRO CORONEL.
Vive Dios que me confundo
con tanto estraño suceso,
o el Rey ha perdido el seso:
o a trastornarse va el mundo.
Que a una dama venga a ver, 795
bien: lo comprende cualquiera;
que el Legado le siguiera
también se puede entender:
pero hacer concilio aquí
y olvidarse de la dama, 800
o locura, o tal se llama,
o me falta el juicio a mí. (D. PEDRO sale por
la puerta del foro, y al mismo tiempo entra
DOÑA TERESA, seguida de SANCHO. D.
PEDRO y DOÑA TERESA se saludan.)
Escena XI
DOÑA TERESA. SANCHO.
SANCHO Escudero más andante
no se encuentra sin trabajo.
DOÑA TERESA Poco a poco: habla más bajo. 805
¿Con que vendrá?
SANCHO En el instante.
Salió todo cual se dice,
Señora, a pedir de boca.
DOÑA TERESA Estará de zelos loca.
SANCHO Hecha un tigre la infelice. 810
De las vísperas salía
cuando el papel la entregué.
DOÑA TERESA ¿Y vendrá?
SANCHO Si la dejé,
Señora, que ya venía.
DOÑA TERESA (Para sí.) Hoy Reina, mañana no. 815
SANCHO ¿Y quién me defiende a mí?,
en sabiendo el Rey que fui...
DOÑA TERESA La Reina.
SANCHO ¡La Reina!
DOÑA TERESA Yo.
SANCHO La Reina me ha de salvar,
y luego decís que vos... 820
DOÑA TERESA Está bien: vete con Dios,
y no dejes de avisar.
Escena XII
DOÑA TERESA.
Ya sabe que está aquí el Rey
y yo soy quien se lo avisa;
ella obedece sumisa 825
de mis intentos la ley.
Vendrá furiosa, demente,
acusando hasta los cielos.
¿Y logrará con sus zelos...?,
mi triunfo más brevemente. 830
Escena XIII
DICHA. SANCHO.
SANCHO Apeose en el zaguán.
DOÑA TERESA Libre el paso: venga al punto.
SANCHO (Aparte yéndose.) Embrollado está el asunto,
mas ellas se compondrán. (Vase.)
Escena XIV
(Así que sale SANCHO DOÑA LEONOR aparece en la puerta con D. PEDRO CORONEL
confuso y azorado. DAMAS que se retiran desde la puerta.)
DOÑA TERESA. DOÑA LEONOR. D. PEDRO CORONEL.
DOÑA LEONOR (A D. PEDRO.) ¿Negármelo pretendéis? 835
DON PEDRO CORONEL Yo, Señora, (Aparte.) ¡fuerte apuro!
DOÑA LEONOR El Rey está aquí, D. Pedro,
yo quiero verle.
DON PEDRO CORONEL Es muy justo.
DOÑA TERESA (Con aparente respeto.) ¡Tantas honras en un
día!
840
Merecerlas no presumo.
DOÑA LEONOR (Volviéndole la espalda, y se dirige a D.
PEDRO.)
Os digo que quiero verle
sin que se tarde un minuto.
DOÑA TERESA Tome asiento Vuestra Alteza.
DOÑA LEONOR Avisarle al Rey al punto. 845
DOÑA TERESA Hoy sois huéspeda en mi casa,
olvidemos los disgustos.
DON PEDRO CORONEL (A TERESA.) Hablando estáis con la Reina.
DOÑA TERESA ¡La Reina!, yo no la injurio.
DOÑA LEONOR Llamad, llamad a Don Jaime, 850
a él sólo es a quien acuso.
DON PEDRO CORONEL Silencio, Doña Teresa. (A DOÑA LEONOR.)
No atendáis a sus discursos.
(Aparte.) Avisar al Rey conviene.
Estos son dos tigres juntos. (DON PEDRO va a
salir, y se encuentra con DON JAIME.)
855
Escena XV
DICHOS. DON JAIME, apresuradamente.
DON JAIME (Bajo a la REINA.) ¿Aquí estáis, Señora, vos?
¿Con qué licencia si os place?
¿Qué me queréis, vive Dios?
¿Quién así venir os hace
en perjuicio de los dos? 860
DOÑA TERESA (Aparte.) Hora empieza mi venganza.
DOÑA LEONOR Os vengo a buscar aquí...
DON JAIME ¿Para qué?, ¿con qué esperanza?
DOÑA LEONOR (Bajo con ternura a DON JAIME.)
¿Así me tratáis, así?
Ella sólo todo alcanza. 865
DON JAIME Callad, y volved ahora
a la Corte.
DOÑA LEONOR No me vuelvo.
DON JAIME Mi cólera abrasadora...
DOÑA LEONOR A sufrirla me resuelvo.
DON JAIME Mirad no os pese, Señora. 870
DOÑA LEONOR Yo no tengo ya temor,
quitarme más no podéis.
DON JAIME Sí puede, Doña Leonor.
DOÑA LEONOR ¡Mi vida!... Aquí la tenéis,
no la quiero sin honor. 875
DON JAIME Vuestra vida, no por cierto;
mas podéis dejar de ser,
y muy pronto, yo os lo advierto,
del Rey Don Jaime, muger.
DOÑA LEONOR (Que escucha con asombro.)
Será cuando hubiere muerto. 880
DON JAIME Antes será por mi vida,
que es nulo nuestro consorcio...
Escena XVI
DICHOS. EL LEGADO, y EL OBISPO DE GERONA. El primero con un pergamino en la
mano.
EL LEGADO (Saludando al REY.)
Ya, Señor, está estendida
la sentencia de divorcio.
DOÑA TERESA (Aparte.) Ya estás, Infanta, vencida. 885
DOÑA LEONOR (Fuera de sí.) Justicia, Dios soberano.
(Al LEGADO.) ¿Quién sois vos que tal decide?
EL LEGADO (Al REY.) El Pontífice romano
concede al Rey cuanto pide.
DOÑA LEONOR ¿No hay quien me tienda la mano? 890
DON JAIME Moderad esa violencia.
DOÑA LEONOR ¿Por qué de vos me apartáis?
DON JAIME Señora, por mi conciencia.
DOÑA LEONOR Don Jaime, no me engañáis.
EL LEGADO Doña Leonor, la sentencia, 895
y quien la firma afrentáis.
Parienta en tercero grado
hallamos sois del Rey:
sin dispensa habéis casado
y divorciaros es ley. 900
DOÑA LEONOR (A DOÑA TERESA.) Libre te queda una silla
que ocupaba sobre el trono
Doña Leonor de Castilla...
Se la ha quitado su encono,
la has cubierto de mancilla: 905
ya Reina te piensas ver,
engáñate la esperanza;
quien tal hace a su muger,
con la dama bien se alcanza
lo que después podrá hacer. (Vase.) 910
FIN DEL ACTO SEGUNDO


Acto tercero
Salón del Alcázar de Zaragoza.
Escena primera
(EL REY sentado a una mesa acabando de leer varios papeles. -DON PEDRO CORONEL
entra por el foro al levantarse el telón; ambos llevan traje de armas, botas y espuelas.)
DON JAIME. DON PEDRO CORONEL.
DON PEDRO CORONEL ¿Sin dejar, Señor, la espuela
ni el polvo de la jornada,
aún tinta en sangre la espada
está Vuestra Alteza en vela?
DON JAIME Soy, Don Pedro, centinela, 915
que a estos Reinos puso Dios;
como buen soldado, vos
sabéis no puedo dormir.
Mas, ¿mandásteislos venir?
DON PEDRO CORONEL Los he avisado a los dos. 920
DON JAIME ¿Está oculta mi venida?
DON PEDRO CORONEL Mandé callarla, Señor;
mas os juro por mi honor
que la contemplo sabida.
DON JAIME No quisiera por mi vida. 925
DON PEDRO CORONEL (Aparte.) Tanto misterio no entiendo.
DON JAIME Estar oculto pretendo,
y por dos días o tres.
DON PEDRO CORONEL Imposible cosa es,
y ya, Señor, se está viendo. 930
DON JAIME ¿Viome alguno?, ¿pues quién fue?
DON PEDRO CORONEL Sancho, Señor, escudero...
DON JAIME De quien ocultarme quiero,
y ya por él no podré.
DON PEDRO CORONEL A saber, Señor, mi fe, 935
que el escudero importaba,
ya una torre le encerraba.
DON JAIME Hubiérame convenido.
DON PEDRO CORONEL Si lo mandáis... (Yéndose.)
DON JAIME (Haciéndole seña que no con la mano.)
Ya perdido
está lo que proyectaba. 940
Algún misterio profundo,
que esto encierra, maquináis,
y hasta que os lo diga, estáis
el más inquieto del mundo.
DON PEDRO CORONEL Yo, Don Jaime, el temor fundo... 945
DON JAIME Pues, ¿de qué tenéis temor?
DON PEDRO CORONEL Por mí no temo, Señor.
DON JAIME ¿Pudierais temer por mí?
DON PEDRO CORONEL ¿Queréis que os diga que sí
Don Jaime el Conquistador? 950
Permitidle al celo mío
que se esplique francamente;
muévese aquí cierta gente,
de que en verdad no me fío:
en Ariza su hado impío 955
está la Infanta llorando...
DON JAIME ¿De Leonor me estáis hablando?,
por Dios importante cosa.
DON PEDRO CORONEL Ella ha sido vuestra esposa,
y un hijo os está criando. 960
DON JAIME Por compasión se lo dejo.
DON PEDRO CORONEL Vuestro heredero ese hijo
ha de ser, según colijo.
DON JAIME Eso, Don Pedro, es ya viejo.
DON PEDRO CORONEL No despreciéis mi consejo. 965
DON JAIME Pues ¿cuál es en conclusión?
DON PEDRO CORONEL Poned freno a la ambición,
(perdonad) de una muger,
que, de no, pudiera ser
la ruina del Aragón. 970
DON JAIME Estáis, Don Pedro, entendido,
y por lo fiel os perdono
lo que subisteis el tono
en el consejo atrevido.
DON PEDRO CORONEL Mi fe, Señor, no ha querido... 975
DON JAIME Está bien: ved si el Legado
vino ya a nuestro mandato.
DON PEDRO CORONEL ¿Ha de entrar?
DON JAIME En el momento.
DON PEDRO CORONEL (Aparte yéndose.) Vive Dios, que casi siento
el haberle aconsejado. 980
Escena II
DON JAIME.
Poner freno a la ambición...,
de Teresa habrá de ser,
que es en efecto muger
de valor y de intención.
Cortome su prevención 985
lo que dispuse primero,
y ya ocultarme no quiero.
Esta noche me verá,
y un pretesto me dará
su misma genio altanero. 990
Escena III
DON JAIME. EL LEGADO.
EL LEGADO Cuando en los campos, Señor,
de Valencia imaginaba
que a los moros fulminaba
sus rayos vuestro valor,
tan presto, ya vencedor, 995
dais la vuelta a vuestra Corte,
sin criados...
DON JAIME La Corte
de cortesanos dejé,
y a todos me adelanté.
EL LEGADO ¿Pues hay cosa que os importe? 1000
DON JAIME ¿No la ha de haber, Cardenal?
Y la sabéis a fe mía.
De que me casé en Hungría,
el agente principal
vos sois, o me acuerdo mal; 1005
que el Pontífice Romano
me da esposa de su mano,
y sois su Legado vos.
EL LEGADO En honra y gloria de Dios,
que es de todos Soberano. 1010
DON JAIME Y porque el Rey de Aragón,
a quien sobran en su tierra,
sin los moros, para guerra
los grandes y su ambición,
no ha podido, en conclusión, 1015
acudir a la Cruzada...
EL LEGADO Vuestra palabra empeñada...
DON JAIME Rescata mi casamiento,
(Aparte.) en el que sólo consiento
porque es la Infanta estremada. 1020
EL LEGADO La Infanta Doña Violante,
hermana del Rey de Hungría,
más de un Señor pretendía.
DON JAIME ¿Y quién conmigo arrogante
compitiera un solo instante? 1025
El casarme me está bien:
mas no quiero que le den
colores de beneficio
los que su propio servicio
en mi boda sólo ven. 1030
Mas esto a parte dejando,
que quien el hecho consiente,
no ha de andar impertinente
las causas examinando:
diré que venir os mando, 1035
para deciros que en breve
llegar la Infanta aquí debe,
y en llegando he de casarme,
que pretenden estorbarme...
EL LEGADO ¿Y quién a tanto se atreve? 1040
DON JAIME En la sangre Aragonesa
osadía hay para todo.
EL LEGADO ¿Pero, Señor, por qué modo?...
DON JAIME Hay una Doña Teresa,
que en verdad mi fe os confiesa, 1045
que por mi Dama he tenido,
y no ha de verme marido
de otra muger con paciencia.
EL LEGADO Con muy leve penitencia
está el caso remitido. 1050
DON JAIME En cuanto a mí, puede ser;
mas ella, Legado, es noble,
y tal vez el duro roble
sea más fácil de torcer.
Yo sé que se ha de atrever; 1055
que tiene amigos no ignoro,
y quiero más contra el moro
la fuerte lanza blandir,
que no haberla teñir
en sangre que después lloro. 1060
EL LEGADO ¿Y cómo puede mi celo
impedirlo, cuando vos...?
DON JAIME El que habla en nombre de Dios
y con las llaves del cielo,
puede al que vive en el suelo 1065
persuadir muy fácilmente.
EL LEGADO Vos os mostráis penitente,
y Dios oye al que le implora;
será bien que esa Señora
se retraiga de la gente. 1070
EL LEGADO No humana flaqueza os tuerza:
mirad que estáis empeñado.
DON JAIME Vivid muy asegurado
que no he de mudar de intento.
Con vos, Cardenal, ya cuento: 1075
mas ella tiene un amigo,
de mis promesas testigo,
que vale en verdad por ciento.
EL LEGADO Cuando os absuelva, Señor,
el sucesor de San Pedro... 1080
DON JAIME Entended que no me arredro
ante peligro o temor;
porque me sobra el valor,
aunque trate mi prudencia
de evitar la contingencia 1085
de civiles disensiones.
EL LEGADO Indulgencias y perdones
atajarán su violencia.
DON JAIME El Obispo de Gerona
es el amigo que os dije. 1090
EL LEGADO ¿Y ese a Vuestra Alteza aflije,
vasallo de su corona?
Mi celo, Señor, le abona...
DON JAIME Mirad que es hombre severo:
él viene, dejaros quiero 1095
para que a solas habléis;
y cuenta que me aviséis,
que en mi cámara os espero. (Vase.)
Escena IV
EL LEGADO. EL OBISPO DE GERONA.
EL LEGADO Santo Pastor, muy sencillo,
docto en cosas celestiales, 1100
empero en las terrenales
inocente corderillo,
en breve he de reducillo.
EL OBISPO DE GERONA (Entrando.) Guarde Dios al sacro Nuncio.
EL LEGADO De ventura es siempre anuncio 1105
Don Berenguel para mí.
EL OBISPO DE GERONA Vuestra lisonja renuncio.
¿Con vos estaba Su Alteza?
EL LEGADO Y en breve aquí volverá:
¿vais a esperarle? -Eso hará 1110
que no estorbe su grandeza
el hablar...
EL OBISPO DE GERONA A mi franqueza
nunca obstáculo encontré,
Cardenal, que o me callé,
o dije lo que sentía. 1115
EL LEGADO Sentémonos. (Se sientan.) (Aparte.) A fe mía
que como empezar no sé.
(Al OBISPO.) Vos la súbita venida
habréis al Rey estrañado.
EL OBISPO DE GERONA Que dé la vuelta a su estado, 1120
no hay causa que se lo impida.
EL LEGADO Como no fue prevenida
esta vuelta, y con secreto...
EL OBISPO DE GERONA Yo, Cardenal, os prometo
que nada de eso sabía. 1125
EL LEGADO (Aparte.) Sea verdad, o hipocresía,
él es estraño sugeto. (Al OBISPO.)
Viene el Rey, y vos sin duda
sabéis su objeto.
EL OBISPO DE GERONA No sé,
ni quiero saberlo a fe. 1130
EL LEGADO Es fuerza que a vos acuda
si de confesor no muda.
EL OBISPO DE GERONA El Rey de mi penitente
es un hombre diferente.
EL LEGADO Si lo sabéis, nada importa 1135
que os lo diga, y si no acorta
decíroslo el espediente.
EL OBISPO DE GERONA Pero Su Alteza.
EL LEGADO Lo quiere.
EL OBISPO DE GERONA Por obediencia os escucho.
EL LEGADO (Aparte.) Es cortesano muy ducho, 1140
o que es un santo se infiere.
(Al OBISPO.) ¿Qué diríais si viniere
el Rey a darle la mano
a una Dama?
EL OBISPO DE GERONA Que es cristiano.
EL LEGADO Cristiana acción es casarse, 1145
mas debe mucho mirarse
en hacerlo un Soberano.
EL OBISPO DE GERONA ¿La corona es más que un sueño
para ante el Rey de los Reyes?
Lo mismo obligan sus leyes 1150
al gigante que al pequeño.
EL LEGADO Si el Rey indiscreto empeño
contrajo sin reflexión,
cumplirlo...
EL OBISPO DE GERONA Es su obligación.
EL LEGADO Verdad en otro cualquiera; 1155
mas de un Rey delito fuera
no atender a otra razón.
EL OBISPO DE GERONA Por el Dios a quien venero,
y esta púrpura que visto,
por la ley Santa de Cristo, 1160
en que vivo, y morir quiero,
yo os protesto que primero
que se doble mi conciencia
del trono a la conveniencia
ni a ninguna humana ley, 1165
me deje matar del Rey
si tal fuere su violencia.
EL LEGADO ¿Aprobáis el matrimonio?
EL OBISPO DE GERONA El Rey paga lo que debe.
EL LEGADO ¿Y quién, si niega, se atreve 1170
a prestar su testimonio?
EL OBISPO DE GERONA Quien teme más al Demonio,
que de Don Jaime al verdugo.
EL LEGADO Mirad que estáis bajo el yugo.
EL OBISPO DE GERONA Sé también que me ve Dios. 1175
EL LEGADO ¿Pero el Rey no encontró en vos...?
EL OBISPO DE GERONA Para el bien cuanto le plugo.
EL LEGADO (Aparte.) En vano es que más le diga.
(Al OBISPO.) Yo daré cuenta a Su Alteza
de vuestra noble entereza, 1180
y a cuanto el celo os obliga.
EL OBISPO DE GERONA En cuanto Dios no me liga,
ligado con él estoy.
EL LEGADO Podéis marcharos, yo voy
a su cámara.
EL OBISPO DE GERONA Obedezco. (Vase.) 1185
EL LEGADO Anda con Dios, yo te ofrezco
no cansarte, por quien soy.
Escena V
EL LEGADO va a entrar en la cámara, al mismo tiempo sale D. JAIME.
DON JAIME Todo lo he estado escuchando,
nada tenéis que decirme,
si se empeña en resistirme, (Siéntase a escribir.) 1190
yo sabré ponerle blando.
A su Obispado le mando,
que salga sin más tardanza.
EL LEGADO Con eso sólo se alcanza
cuanto podéis desear. 1195
DON JAIME No quisiera que a engañar
se atreviese mi esperanza.
Mañana vendréis a verme. (Hace seña, y el
LEGADO se va.)
Escena VI
D. JAIME.
Ahora voy a verte yo,
Teresa, por amor no, 1200
que ha tiempo que mi amor duerme,
y en breve vas a perderme:
voy sospechas a evitar,
en tus zelos a buscar,
y en tu altiva condición 1205
pretesto, si no razón,
para poderte dejar.
Escena VII
Salón en casa de DOÑA TERESA.
DOÑA TERESA ¿Con que ya ha llegado el Rey?
SANCHO Al entrar la noche vino.
DOÑA TERESA ¡Apenas puedo creerlo, 1210
todavía no le he visto!
SANCHO Cansado debe de estar,
que en tres meses de contino,
ni se ha quitado el arnés,
ni bajo techo ha dormido. 1215
En las tierras de Valencia
no ha dejado a salvo sitio:
diz que en breve la ciudad
se rendirá a su dominio:
no en valde el Conquistador 1220
le han dado por apellido.
DOÑA TERESA Sus hazañas qué me importan,
si descuidada me miro.
¿Dos años ha cuántas veces
llegar tú mismo le has visto 1225
aquí de polvo cubierto,
y en sangre mora teñido?
Descansaba con mirarme;
y en su amoroso delirio,
sólo a Teresa en el mundo 1230
inclinada el cuello altivo.
SANCHO Perdón os pido, Señora,
mas yo de eso no me admiro,
que no hay amor tan ardiente
que no acabe por ser tibio. 1235
DOÑA TERESA Tú, Sancho, nunca has amado.
SANCHO Perdonadme, mozo he sido,
y mi tributo pagué
como todos al Dios niño.
También creí que era eterno 1240
del amor el poderío;
vinieron luego los años,
(que nunca hubieran venido)
y con ellos la esperiencia
verdugo de esos delirios. 1245
Creedme, Señora mía,
y no os coja de improviso
cuanto pueda suceder:
que no hay eterno cariño.
DOÑA TERESA Vete, Sancho, déjame, 1250
que estás en verdad prolijo.
SANCHO ¿Y si volviere, Señora,
el caballero que vino
anoche, y no puedo veros...
DOÑA TERESA ¿Su nombre no te lo dijo? 1255
SANCHO Ni aun el rostro pude verle,
mas él se nombra un amigo
de la casa de Vidaura.
DOÑA TERESA Eso basta, le recibo.
Escena VIII
DOÑA TERESA.
Que no hay amor tan ardiente 1260
que no acabe por ser tibio.
Verdad dice el Escudero,
en mí lo prueba el destino:
me vi adorada cual Dios,
y despreciada me miro: 1265
que aquel amor tan ardiente
ha acabado por ser tibio.
A una palabra de esposo
rendí incauta el albedrío:
generoso en prometer 1270
anda en cumplir muy remiso.
¡Que mucho!, su amor ardiente
ha llegado al fin a tibio.
¡Oh!, mal haya la muger
que da crédito a suspiros: 1275
cuando estuviere rendida,
diranle, como me han dicho, (EL CONDE en la
puerta del foro.)
que no hay amor tan ardiente
que no acabe por ser tibio.
Escena IX
DOÑA TERESA. EL CONDE DE AMPURIAS armado, y calada la visera.
DOÑA TERESA ¡Pues cómo aquí, Caballero!, (Viendo al 1280
CONDE.)
¿quién sois vos?
EL CONDE DE AMPURIAS Un desterrado.
DOÑA TERESA ¿De mí os habéis amparado?
EL CONDE DE AMPURIAS Ampararos a vos quiero.
DOÑA TERESA Por Dios que venís demente. 1285
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Demente?... No... Vos lo estáis.
DOÑA TERESA De mi paciencia abusáis,
marchad de aquí prontamente.
EL CONDE DE AMPURIAS Para hablaros he venido:
sin hacerlo no me iré. 1290
DOÑA TERESA Sin veros no escucharé. (EL CONDE se levanta la
visera.)
¡El Conde!
EL CONDE DE AMPURIAS Al menos lo he sido.
DOÑA TERESA Pues cómo Don Ponce aquí...
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Cuándo el Rey me ha desterrado?
En tres años que han pasado 1295
nadie se acuerda de mí.
Marcheme huyendo de vos,
y no, Teresa, del Rey,
que no ha de darme la ley
mientras queda, vive Dios. 1300
DOÑA TERESA Reconvenirme no es justo,
que quien nada prometió
queda libre como yo
para siempre hace su gusto.
EL CONDE DE AMPURIAS Debierais con vuestro nombre 1305
tener más cuenta, Señora.
La diadema seductora
no encubre en fin más que un hombre.
DOÑA TERESA Y debierais, Conde, vos
no olvidar mi condición. 1310
EL CONDE DE AMPURIAS Decidme vos, sin pasión,
quién la olvida de los dos.
¿De qué importó que al nacer
os diera el Cielo blasones
y riquezas, si sus dones 1315
no os sacaron de muger?
DOÑA TERESA Si vinisteis a injuriarme,
ya lo hicisteis, y sobrado.
¡Grande triunfo habéis logrado!
Podéis contento dejarme. 1320
EL CONDE DE AMPURIAS A injuriaros no he venido,
mas la pasión me arrastró;
Señora, cuanto pasó
demos ambos al olvido.
Os amé desde que os vi, 1325
como a un ente celestial,
vos, Teresa, por mi mal
no me amasteis nunca a mí.
Cegasteis al resplandor,
que despide la corona, 1330
si su brillo no os abona,
disculpa da a vuestro error.
DOÑA TERESA Tened, Don Ponce, la lengua,
no la mováis en mi daño,
ni deis crédito a un engaño 1335
de mi honor ileso en mengua.
EL CONDE DE AMPURIAS No me tengáis por tan ciego,
que dude de lo que miro;
ni me digáis que deliro,
que Don Jaime...
DOÑA TERESA No lo niego. 1340
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Quién os entiende, Señora?
¿Por qué primero negáis
lo que después confesáis?
Mas esto no importa ahora.
El amor en que me abraso 1345
tres años he combatido,
y constante me ha seguido
desde el Oriente al Ocaso.
¡Ingrata!, por ti dejé
vasallos, bienes y honores, 1350
por no verte otros amores
de la patria me alejé.
Allá en las tierras de Hungría,
combatiendo al Sarraceno,
sin este amor en que peno 1355
no he pasado un solo día.
Y cuando así me aborreces,
cuando sales de otros brazos
aún vengo a ofrecerte lazos
que tú tal vez no mereces... 1360
DOÑA TERESA Don Ponce, no digáis más,
yo no quiero vuestro amor;
mas tocasteis al honor,
y ya es menos lo demás.
Si a Don Jaime preferí, 1365
pude tal vez engañarme,
pero jamás olvidarme
de lo noble que nací.
Sabed que para galán
no tuve al Rey por bastante, 1370
lo que le juzgan mi amante
que soy su esposa verán.
Hasta aquí lo tuve oculto,
lo he de hacer público y hoy:
veréis que muger no soy 1375
que merezca tanto insulto.
EL CONDE DE AMPURIAS Saben, Teresa, los cielos
cuanto el oíros me agrada:
con tal de veros honrada,
aunque me maten los zelos. 1380
Pero escuchad de mi labio
un aviso, y el postrero
que así venga un Caballero,
muger ingrata, su agravio.
Conmigo salió de Hungría 1385
la Infanta Doña Violante,
he venido yo delante...
DOÑA TERESA (Alarmada.) ¿Y ella ha de tardar...?
EL CONDE DE AMPURIAS Un día
Nadie en la Corte lo sabe,
parece que es gran secreto. 1390
El Rey, tal vez por discreto,
calle negocio tan grave.
DOÑA TERESA ¿Y es muy bella?
EL CONDE DE AMPURIAS Por tal pasa.
¿Tenéis zelos?
DOÑA TERESA ¿Yo, por qué?
EL CONDE DE AMPURIAS Señora, yo me engañé. 1395
DOÑA TERESA ¿No sabéis vos con quién casa?
EL CONDE DE AMPURIAS Como el Rey está casado
no os puedo decir con quién,
aunque, si me acuerdo bien,
ya una vez se ha divorciado. (EL CONDE saluda,
y se retira.)
1400
Escena X
DOÑA TERESA.
Escuchadme, ¿dónde vais? (Al CONDE que se
va.),
veloz huye como el viento. (Vuelve al proscenio.)
Bien altivo pensamiento
en vuestros sueños quedáis.
¡Será verdad, Santos Cielos! 1405
¿Así Don Jaime me engaña?
Mas no fuera cosa estraña
que la fingieran los zelos.
Escena XI
DOÑA TERESA. DON JAIME.
(DON JAIME entra pausadamente con aspecto preocupado. -DOÑA TERESA le recibe
entre ofendida y temerosa. -Breve pausa. EL REY se sienta. -DOÑA TERESA en pie a
alguna distancia.)
DOÑA TERESA Bien dicen que a larga ausencia
no puede amor resistir. 1410
DON JAIME Lo tengo oído decir,
y me rindo a la evidencia.
DOÑA TERESA (Aparte.) Verdadera es su traición.
(Al REY.) ¿Qué es esto, esposo, qué es esto,
airado conmigo el gesto 1415
sin decirme la razón?
DON JAIME Teresa, vamos a espacio,
que callar os está bien.
DOÑA TERESA ¿ Pues quién me calumnia?, ¿quién?
Intrigas son de Palacio: 1420
o tal vez Don Jaime intenta
con soñadas invenciones,
que de sus ciertas traiciones
no caigamos en la cuenta.
DON JAIME No os han de valer conmigo 1425
las astucias de muger,
que cuando yo llego a ver
no he menester más testigo.
DOÑA TERESA ¿Qué ha visto Don Jaime en mí?
Amor y fe en demasía. 1430
DON JAIME Tal vez Don Jaime creía
hasta ahora que era así.
Mas en resumen, Teresa,
un hombre de aquí salió,
y le he visto salir yo. 1435
DOÑA TERESA Y vuestra queja...
DON JAIME Sí, es esa.
Ved si pudiera vengarme,
mas quiero ser indulgente,
y perdono a ese insolente
que se atreviera a ultrajarme. 1440
También os perdono a vos,
que muger habéis nacido,
y en venderme habéis seguido
vuestra costumbre por Dios.
Una sola condición 1445
os impongo irrevocable:
de vos y ese miserable
hoy mismo ha de ser la unión.
DOÑA TERESA ¿Así trata un Caballero
a una Dama principal? 1450
DON JAIME Vos sois quien obrasteis mal,
y no peco por severo.
DOÑA TERESA Si Teresa ha sido infiel,
si lo tenéis po cierto,
¿por qué ya no ha habéis muerto 1455
y fuerais menos cruel?
¡Habláis de darle mi mano
al rival de vuestros sueños!
No puede tener dos dueños
la esposa del Soberano. 1460
DON JAIME ¿Vos mi esposa? ¿Deliráis?
DOÑA TERESA Palabra y mano me diste.
DON JAIME Tú misma el lazo rompiste...
DOÑA TERESA Burlarme, no; os engañáis.
DON JAIME Teresa, yo he visto a un hombre 1465
en tu casa, esto me sobra.
Luchar conmigo no es obra...
DOÑA TERESA No hay peligro que me asombre,
y no penséis engañarme,
no por vida de los cielos, 1470
no son, Don Jaime, los zelos
los que os mueven a dejarme.
Cansado estáis de mi amor,
y ya ha tiempo que lo estáis,
igual suerte preparáis 1475
a Teresa que a Leonor.
Doña Violante de Hungría
hora te rinde a sus pies,
acaso dentro de un mes
le quepa la suerte mía. 1480
DON JAIME (Aparte.) ¿Cómo ha llegado a saberlo?
DOÑA TERESA Confundido estás, ingrato,
descubierto el falso trato:
¡y yo no quise creerlo!
DON JAIME (Con dignidad.) Si me fuiste infiel o no, 1485
no quiero ya examinar;
pero tampoco negar
que voy a casarme yo.
DOÑA TERESA ¡Casarte! Nunca, perjuro,
que casado estás conmigo. 1490
Tu palabra ante un testigo
me has dado, que es muy seguro:
el Obispo de Gerona.
DON JAIME El Obispo callará,
y si hablare morirá 1495
por la fe de mi corona.
Saben los cielos que siento
causarte tanto dolor,
pero ha cedido el amor
a más noble sentimiento. 1500
De estado el alta razón
me llana a nuevo himeneo,
cedo, y ahogo el deseo
que alienta mi corazón.
De Aragón, de Cataluña 1505
tomad tierras a placer,
o podeislas escoger
del Rosellón en Gascuña...
DOÑA TERESA ¿Sabéis qué quiero de vos,
autor de todo mi mal?, 1510
vuestra mano o el dogal,
una cosa de las dos.
FIN DEL ACTO TERCERO


Acto cuarto
La segunda decoración del acto tercero.
Escena primera
DOÑA TERESA. EL OBISPO, sentados.
EL OBISPO DE GERONA Sí, hija mía, desterrado.
DOÑA TERESA ¿Y vos o vais a marchar?
EL OBISPO DE GERONA Al César se la ha de dar 1515
lo que el Cielo le ha otorgado.
DOÑA TERESA ¿Y quién ha de ser mi amparo,
faltando vos, Padre mío:
Vos, Señor, en quien confío
cuanto en el mundo me es caro? 1520
EL OBISPO DE GERONA ¿Amparo vos?, ¿contra quién?
DOÑA TERESA Contra el Rey que me abandona.
¿Os aterra su corona
a vos, Prelado, también?
EL OBISPO DE GERONA ¡Aterrarme!, no por cierto. 1525
DOÑA TERESA Amparadme.
EL OBISPO DE GERONA Sí lo haré,
que desde niña os amé,
mas como pueda no acierto.
DOÑA TERESA Amparadme.
EL OBISPO DE GERONA Sí lo haré,
que desde niña os amé, 1530
mas como pueda no acierto.
DOÑA TERESA Defendiendo la verdad.
EL OBISPO DE GERONA Pues esa es mi obligación.
DOÑA TERESA Mi derecho, mi razón...
EL OBISPO DE GERONA Con cuanto pueda contad. 1535
DOÑA TERESA Nunca he dudado, Señor,
de vuestra noble asistencia.
EL OBISPO DE GERONA Enjugar debo en conciencia
las lágrimas al dolor.
Mas esplicaos, Teresa, 1540
que urge el tiempo, ¿qué queréis?
De los estremos que hacéis,
¿cuál es la causa?
DOÑA TERESA Confiesa
mi rubor que la callara
tal vez, Señor, a vos mismo, 1545
si hasta el fondo del abismo
el callar no me llevara.
Recordaréis fácilmente
que el Rey palabra me dio
de esposo. 1550
EL OBISPO DE GERONA Lo prometió
hallándome yo presente.
DOÑA TERESA De su promesa falaz,
engañado el albedrío,
hícele yo dueño mío. 1555
EL OBISPO DE GERONA Ampárala Dios de paz.
DOÑA TERESA ¿Quién pensara que en un Rey
pudo caber tal engaño?
EL OBISPO DE GERONA No llorarais ese daño
a observar de Dios la ley. 1560
DOÑA TERESA Enriquecí los altares;
con las limosnas he dado...
EL OBISPO DE GERONA ¿Pero os habéis enmendado?
DOÑA TERESA ¡Ah no aumentéis mis pesares!
El Rey se quiere casar; 1565
sí, Señor, y no es conmigo:
yo no tengo más testigo
para poderle acusar...
EL OBISPO DE GERONA Yo depondré donde quiera
que ser vuestra prometió; 1570
engañose, si pensó
que su nombre lo impidiera.
DOÑA TERESA Mas si marcháis al destierro,
¿quién habrá que al Rey le impida,
mirándome desvalida, 1575
que al fin consume su yerro?
EL OBISPO DE GERONA Obedecer es forzoso;
pero al marchar a Gerona
mi celo no os abandona.
DOÑA TERESA Todo será infructuoso. 1580
EL OBISPO DE GERONA Al Pontífice Romano
escribiré cuanto pasa.
DOÑA TERESA ¿Y qué haréis si él mismo casa
a Don Jaime de su mano?
EL OBISPO DE GERONA Yo haré ver al Santo Padre 1585
la razón que en vos existe.
DOÑA TERESA Y el Legado que aquí asiste
cuanto al Rey traidor le cuadre.
EL OBISPO DE GERONA El tiempo dará consejo.
DOÑA TERESA ¡El tiempo! Doña Violante 1590
tal vez aquí en el instante
ha llegado en que me quejo.
EL OBISPO DE GERONA ¿Qué decís?, ¿será posible?
DOÑA TERESA Acaso en Palacio esté,
y ya Don Jaime su fe 1595
le ha dado. ¡Pena terrible!
EL OBISPO DE GERONA Vuelo a Palacio, hija mía,
mi voz habrán de escuchar,
yo sabré en el mismo altar
impedir la unión impía. (Vase.) 1600
Escena II
DOÑA TERESA.
Triunfamos, honor albricias,
seré Reina de Aragón:
satisfecha mi ambición,
¡qué me importan sus caricias!
Mas fáltame disponer 1605
en mi apoyo fuerte lanza,
por si el Obispo no alcanza
al pérfido a contener.
¡Sancho! ¡Sancho!
Escena III
DOÑA TERESA. SANCHO.
SANCHO Mi Señora. 1610
DOÑA TERESA ¿Le encontrasteis?, ¿vino el Conde?
SANCHO Vino: esa estancia le esconde.
DOÑA TERESA Venga a hablarme sin demora. (SANCHO entra,
sale a poco con EL CONDE, y a una seña de
DOÑA TERESA se retira.)
Escena IV
DOÑA TERESA. EL CONDE DE AMPURIAS.
EL CONDE DE AMPURIAS Dicen que vos me llamáis,
y es apenas si lo creo; 1615
tanto le cuesta al deseo
dudar que me aborrezcáis;
mas no importa, como sea,
me tenéis, Señora, aquí;
mandad, disponed de mí, 1620
con tal, Teresa, que os vea.
DOÑA TERESA Caballero y cortesano,
el primero de Aragón,
a quien yo tan sin razón
he pospuesto al Soberano... 1625
EL CONDE DE AMPURIAS No habléis en eso, Señora,
la llaga no renovéis:
decidme lo que queréis,
y eso baste por ahora.
DOÑA TERESA Vos de Don Jaime una ofensa 1630
recibisteis.
EL CONDE DE AMPURIAS Y mortal.
Le matara a ser mi igual.
DOÑA TERESA ¿Y el Conde vengar no piensa?...
EL CONDE DE AMPURIAS No me habléis de la venganza,
que en tres años que pasaron... 1635
DOÑA TERESA Los agravios se olvidaron:
muy bien Conde, se me alcanza.
EL CONDE DE AMPURIAS No el agravio se me olvida;
que en pecho noble la afrenta
de tal manera se asienta, 1640
que se borra con la vida.
DOÑA TERESA Se recuerda sin sentir
la pasada sin razón.
EL CONDE DE AMPURIAS Escuchad mi corazón,
y sentireislo latir. 1645
DOÑA TERESA Don Jaime es grande guerrero,
pretenden que es invencible,
luchar con él es terrible
para un simple caballero.
EL CONDE DE AMPURIAS Señora, ¿qué me decís? 1650
¿Juzgáis le tengo temor?
¿Que he nacido sin honor,
o cobarde presumís?
DOÑA TERESA Yo no digo, ni presumo;
mas viendo herido el honor, 1655
y del fuego del valor
no apercibiendo ni el humo...
EL CONDE DE AMPURIAS No me he vengado, es verdad;
devoro el agravio y callo;
porque nací su vasallo, 1660
y obligado a lealtad.
DOÑA TERESA Otros nobles que nacieron
del Rey vasallos también,
han sabido vengar bien
agravios que recibieron. 1665
EL CONDE DE AMPURIAS Traidores fueron crueles
a su Patria y a su ley,
que hacerle la guerra al Rey
es lidiar por los infieles.
Si en campo raso pudiera 1670
combatir Jaime conmigo,
es el Cielo buen testigo
de que ha tiempo que lo hiciera;
y creed, Señora, vos,
que si yo agraviado callo, 1675
es que otro medio no hallo
que pedir venganza a Dios.
DOÑA TERESA Podéis enseñarme, cierto,
al enojo a poner coto:
Caballero tan devoto 1680
acabará en un desierto.
EL CONDE DE AMPURIAS En fin, Señora, dejemos
esta plática escusada.
¿Tenéis que mandarme?
DOÑA TERESA Nada.
De hoy más estraños seremos. 1685
EL CONDE DE AMPURIAS Yo voy a perder el juicio
si alguno amor me dejaba.
DOÑA TERESA ¡Yo necia con vos contaba!
EL CONDE DE AMPURIAS Teneisme a vuestro servicio.
DOÑA TERESA Si algún atrevido infiel, 1690
si algún humilde pechero,
si tal vez un caballero
me hiciera agravio cruel,
pudierais por cortesía,
y por mostrar lo valiente, 1695
tomar atrevidamente
la demanda aun con ser mía.
EL CONDE DE AMPURIAS Testigo sea el Eterno
de que, teniendo razón,
seré vuestro campeón, 1700
aun contra todo el Infierno.
DOÑA TERESA La razón me sobra, Conde,
si hacerla escuchar consigo.
EL CONDE DE AMPURIAS Nombradme a vuestro enemigo.
¿Dónde está, Señora?, ¿a dónde? 1705
DOÑA TERESA Cuidad no mudéis de tono
en sabiendo donde está.
EL CONDE DE AMPURIAS Decidme dónde, y verá...
DOÑA TERESA Hallareisle sobre el trono.
EL CONDE DE AMPURIAS ¡Sobre el trono!
DOÑA TERESA Allí, Don Ponce. 1710
EL CONDE DE AMPURIAS Luego es el Rey...
DOÑA TERESA Mi ofensor.
EL CONDE DE AMPURIAS Pone entre el Rey y el valor
muro el respeto de bronce.
DOÑA TERESA El que agravia a una muger,
el que olvida juramentos, 1715
ni es Rey, ni lo puede ser;
pero escuchadme, ¿me amáis?
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Si os amo?, no, que deliro:
sois el aire que respiro.
DOÑA TERESA ¿Ser mi esposo deseáis? 1720
EL CONDE DE AMPURIAS (Vacilando.) ¿Vuestro esposo?..., no lo sé.
DOÑA TERESA ¿No sabéis?, ¿qué estáis diciendo?
EL CONDE DE AMPURIAS A mí propio no me entiendo.
DOÑA TERESA Por los dos me esplicaré.
Queréis ser mi esposo, sí; 1725
mas recela vuestro honor:
deponed todo temor,
porque esposa del Rey fui.
Casó conmigo en secreto;
ya lo que intenta sabéis. 1730
Si mi causa defendéis
daros mi mano prometo.
EL CONDE DE AMPURIAS Si casada estáis, es vano
que intentéis mudar de dueño,
si no lo estáis, no es empeño 1735
para mí el de vuestra mano.
DOÑA TERESA ¡Oh necia desconfianza!
Don Jaime quiere ofenderme:
pues no casarse y perderme
le prepara mi venganza. 1740
Impedid su casamiento,
y luego he de divorciarme;
podré entonces desposarme
con quien me viniere a cuento.
Mirad si aquesto os conviene, 1745
os lo dejo meditar;
si sabéis, Don Ponce, amar,
muy poco que pensar tiene. (Vase.)
Escena V
EL CONDE DE AMPURIAS.
¡Muger!, ¡muger!, ¿dónde vas?,
aclara mis confusiones: 1750
que cuando das más razones
se acrecienta más y más.
¿Qué hemos de hacer lealtad
luchando contra el amor?
¿Podrás resistirte, honor, 1755
al poder de su beldad?
¿Rehusaré por cobarde
lograr lo que tanto anhelo?
¡Temor yo!, pues vive el cielo
que ya medida no guarde. 1760
Sí; combatir por mi Dama,
de ser rebelde es distinto...,
¿pero qué digo? El instinto
me lleva a arder en mi llama.
Cristiano soy, aunque amante, 1765
y vasallo, aunque ofendido...
Si la veo, soy perdido,
huyamos de ella al instante. (Va a salir: DON
PEDRO CORONEL se presenta en la puerta,
dos BALLESTEROS de Maza le acompañan, y
se quedan fuera del salón, pero a vista del
espectador.)
Escena VI
EL CONDE DE AMPURIAS. D. PEDRO CORONEL.
(El primero viendo al segundo baja apresuradamente la visera, y quiere continuar su camino,
mas este le detiene.)
DON PEDRO CORONEL Deteneos, Caballero.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Quién dice que no soy más? (Yéndose.) 1770
DON PEDRO CORONEL (Deteniéndole.) Deteneos, digo: atrás,
en nombre del Rey.
EL CONDE DE AMPURIAS Ya espero. (Vuelve a la
escena y se cruza de brazos.)
DON PEDRO CORONEL Quiere Su Alteza saber
si sois su Alteza saber
si sois el que ha visto.
EL CONDE DE AMPURIAS Sí. 1775
DON PEDRO CORONEL Salir cubierto...
EL CONDE DE AMPURIAS Yo fui.
DON PEDRO CORONEL Y de noche.
EL CONDE DE AMPURIAS En la de ayer.
DON PEDRO CORONEL También quiere que digáis
quién sois.
EL CONDE DE AMPURIAS Decidle que un hombre.
DON PEDRO CORONEL Y no tenéis otro nombre. 1780
EL CONDE DE AMPURIAS Tal vez presto lo sepáis.
DON PEDRO CORONEL Ahora conviene saberlo.
EL CONDE DE AMPURIAS Y a mí callarlo conviene.
DON PEDRO CORONEL Orgullo estremado tiene.
EL CONDE DE AMPURIAS Será que puedo tenerlo. 1785
DON PEDRO CORONEL No hagáis al Rey resistencia,
que os pudiera mal estar.
EL CONDE DE AMPURIAS Y pudiérale pesar
el llegarme a hacer violencia.
DON PEDRO CORONEL Vive Dios, que ya en locura, 1790
Hidalgo, el orgullo raya.
EL CONDE DE AMPURIAS Vos veréis que no desmaya.
DON PEDRO CORONEL Pues tema una desventura.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿El Rey atropella así
de sus huéspedes los fueros? 1795
¿Se reciben estrangeros
con tales modos aquí?
DON PEDRO CORONEL ¿Luego venís!...
EL CONDE DE AMPURIAS Con la Infanta...
DON PEDRO CORONEL Más bajo.
EL CONDE DE AMPURIAS Doña Violante:
tal vez Reina en este instante. 1800
DON PEDRO CORONEL Callad por Dios.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Qué os espanta?
DON PEDRO CORONEL ¿Mas cómo vinisteis vos
ayer aquí en derechura?,
porque es estraña ventura
que yo no entiendo, por Dios. 1805
EL CONDE DE AMPURIAS Y ¿quién me pregunta?
DON PEDRO CORONEL El Rey.
EL CONDE DE AMPURIAS Yo vine con un mensage.
DON PEDRO CORONEL (Aparte.) Creído sois para page.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Prohíbe aquesto la ley?
DON PEDRO CORONEL ¿Y diréis quién os envía 1810
a que adoréis este sol?
EL CONDE DE AMPURIAS Un Caballero español
que he conocido en Hungría.
DON PEDRO CORONEL ¿Tenéis del nombre memoria?
EL CONDE DE AMPURIAS Sí tal: el Conde de Ampurias. 1815
DON PEDRO CORONEL Aquí le hicieron injurias,
y fue en busca de la gloria.
Pero escuchad, Caballero,
lo que Don Jaime os ordena.
EL CONDE DE AMPURIAS Evitaos esa pena, 1820
que yo escucharlo no quiero;
he dicho que soy estraño
a su reino de Aragón,
para hacerme no hay razón
aquí ni bienes, ni daño. 1825
DON PEDRO CORONEL Estáis bajo su dominio,
y tendréis que obedecer.
EL CONDE DE AMPURIAS Está la cosa por ver.
DON PEDRO CORONEL Pues temblad vuestro esterminio.
EL CONDE DE AMPURIAS Qué es lo que manda sepamos. 1830
DON PEDRO CORONEL Que os caséis.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Y cuándo?
DON PEDRO CORONEL Ahora,
que no ha de haber más demora.
EL CONDE DE AMPURIAS (Con ironía.) Pues la novia conozcamos.
DON PEDRO CORONEL ¿La novia?... Doña Teresa.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Me casa el Rey con su dama? 1835
DON PEDRO CORONEL Y os honra.
EL CONDE DE AMPURIAS No; que me infama,
si su dama la confiesa.
No me hiciera tal baldón
a no haberme yo encubierto,
que ha dado el disfraz, es cierto, 1840
a esta afrenta la ocasión.
Vos, Don Pedro Coronel,
mirad hora quién soy yo; (Se descubre.)
sabréis si dispuesto estoy
para ese agravio cruel. 1845
DON PEDRO CORONEL ¿Cómo, Conde, vos aquí?
Sabe Dios cuánto me pesa:
mas vos a Doña Teresa
¿no amabais?
EL CONDE DE AMPURIAS Digo que sí:
digo también que la adoro, 1850
mas de amor sabré morir
antes que llegue a sufrir
en mi fama algún desdoro.
DON PEDRO CORONEL (Aparte dirigiéndose al foro.)
Que lo sepa el Rey conviene. (Hace seña a un
ballestero, le dice algunas palabras, y este se
va.)
Sepamos su voluntad. (Vuelve al proscenio.) 1860
EL CONDE DE AMPURIAS (Yéndose.) Don Pedro, adiós.
DON PEDRO CORONEL Esperad.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Pues quién aquí me detiene?
DON PEDRO CORONEL Sabed que me dijo el Rey
«cualquiera que el galán fuera,
o se casa al punto, o muere.» 1865
Y lo que él dice es la ley.
EL CONDE DE AMPURIAS Pues al Rey decidle vos
que he nacido Caballero,
y que la muerte prefiero
a la infamia, vive Dios. 1870
Y si a tanto me provoca
el Monarca de Aragón,
lanzas tiene mi razón
que atajen su furia loca.
DON PEDRO CORONEL Rebelde seréis...
EL CONDE DE AMPURIAS No tal; 1875
porque roto el vasallage,
bien puedo venga mi ultrage
sin nota de desleal.
Por no hacerle al Rey la guerra,
años ha que me ausenté; 1880
por no injuriarle volé
a lidiar en otra tierra.
¡Y aún pretende más de mí!
Don Pedro: no soy un santo,
y el Rey pues me ofende tanto, 1885
si peco, cúlpese a sí.
DON PEDRO CORONEL Metafísicas cuestiones
no me toca examinar;
ni es tiempo de ventilar
encontradas opiniones. 1890
Mandome el Rey: la obediencia
es mi deber solamente,
si obra acaso injustamente
se lo dirá su conciencia.
Escena VII
DICHOS. DOÑA TERESA.
DOÑA TERESA ¿Ballesteros en mi casa 1895
con Don Pedro Coronel?
¿Ya de tirano a cruel
el Rey Don Jaime se pasa?
DON PEDRO CORONEL No agraviéis al Rey, Señora,
al menos en mi presencia. 1900
DOÑA TERESA Qué pretende su violencia,
EL CONDE DE AMPURIAS Casaros quiere, y ahora.
DON PEDRO CORONEL Casaros con vuestro amante.
DOÑA TERESA Y ese amante ¿quién es?
EL CONDE DE AMPURIAS Yo.
DOÑA TERESA ¿Y vos queréis?
EL CONDE DE AMPURIAS Eso no. 1905
DOÑA TERESA ¿Llegó ya Doña Violante?
DON PEDRO CORONEL Que no vengo a responder,
a preguntar es lo cierto.
DOÑA TERESA Pues a qué vengáis no acierto.
DON PEDRO CORONEL A haceros obedecer. 1910
EL CONDE DE AMPURIAS Don Pedro, mirad qué hacéis.
DON PEDRO CORONEL Cumplir con mi obligación.
DOÑA TERESA Sin atender a razón.
DON PEDRO CORONEL Vos sois la que no atendéis.
EL CONDE DE AMPURIAS Si el Rey Don Jaime supiera 1915
a quién de aquí salir vio,
yo os respondo de que no
su saña le persiguiera.
DON PEDRO CORONEL Por respeto a vuestro nombre,
y a vuestra escelsa nobleza, 1920
he obrado con más tibieza
que usara con algún hombre.
DOÑA TERESA Los caballeros de ogaño
son con las damas corteses.
En nobles Aragoneses 1925
tal proceder no es estraño.
DON PEDRO CORONEL Escuchad, Doña Teresa:
Mayordomo soy del Rey,
obedecerle es mi ley,
agrádeme o no la empresa. 1930
Si con vos no casa el Conde
el velo habréis de tomar;
mirad si os queréis casar;
si ser monja, decid dónde.
DOÑA TERESA ¿Y quién le ha dado poder 1935
para tanto al Rey impío?
¿Quién dice que mi albedrío
juguete suyo ha de ser?
¡Casarme! Don Jaime sabe
que sería un sacrilegio, 1940
¡y no alcanza el privilegio
de Rey a culpa tan grave!
Tampoco quiero el convento,
muger soy del de Aragón;
justicia tengo y razón; 1945
para sostenerla aliento.
DON PEDRO CORONEL Vuestro juez no soy aquí.
DOÑA TERESA Mi juez ¡Don Pedro!, ¡estáis loco!
¿Consintiera yo tampoco
que me juzgarais a mí? 1950
DON PEDRO CORONEL En vano lucháis, Señora:
y aunque decíroslo siento,
si no os casáis, al convento
os conduzco antes de una hora.
DOÑA TERESA Apelo al juicio de Dios, 1955
que estoy con el Rey casada.
EL CONDE DE AMPURIAS Y lo sostiene mi espada.
DON PEDRO CORONEL Delirando estáis los dos.
EL CONDE DE AMPURIAS Con lanza, a pie y a caballo.
DON PEDRO CORONEL Teneos: ¿qué estáis diciendo? 1960
¿Verdad es que estoy oyendo
que reta al Rey un vasallo?
Escena VIII
DICHOS. EL OBISPO DE GERONA, apresurado y congojoso.
DOÑA TERESA Venid, venid, Padre mío,
vos me podréis defender. 1965
EL OBISPO DE GERONA (Tristemente.) Quisiera poderlo hacer,
mas y en verdad desconfío.
EL CONDE DE AMPURIAS Contad, Señor, con mi espada.
DON PEDRO CORONEL No olvidéis que estoy yo aquí.
DOÑA TERESA ¿Qué, visteis al Rey?
EL OBISPO DE GERONA Le vi. 1970
DOÑA TERESA ¿Y habéis alcanzado?...
EL OBISPO DE GERONA Nada.
DON PEDRO CORONEL ¿Vos, ministro del altar,
de un Dios todo mansedumbre,
atizáis aquí la lumbre
que debierais apagar? 1975
EL OBISPO DE GERONA Vos estáis en un engaño:
yo defiendo la inocencia;
mas no he de usar de violencia,
ni del Rey pretendo el daño.
EL CONDE DE AMPURIAS Tomad, Don Pedro, mi guante, (EL REY
seguido de su guardia aparece en la puerta del
foro, y escucha los versos que siguen hasta el fin
de la escena.)
1980
que yo insisto en la demanda.
DON PEDRO CORONEL Guardarlo; si el Rey lo manda
yo seré quien lo levante.
Escena IX
D. JAIME, DOÑA TERESA. EL OBISPO DE GERONA. EL CONDE DE AMPURIAS. D.
PEDRO CORONEL. BALLESTEROS de la Guardia el Rey.
DON JAIME Faltaba, Señores, yo
en tan noble concurrencia. 1985
Parece que mi presencia
a todos os sorprendió.
No impida, Conde de Ampurias,
el hallarme yo delante,
que vos añadáis un guante 1990
a las pasadas injurias.
Arrojadlo, vive Dios,
pues ser tan osado os plugo,
arrojadlo, que el verdugo
por mí lidiará con vos. 1995
EL CONDE DE AMPURIAS Vuestra Alteza se ha olvidado
con el tiempo que pasó,
que el ofensor no soy yo,
y antes soy el agraviado.
Mas la demanda por mí 2000
no intenta tomar mi brazo.
DON JAIME Un solo instante de plazo
os doy; salid ya de aquí.
Y válgale al atrevido,
del Rey de Hungría el seguro, 2005
sino por él, yo le juro
que saliera arrepentido. (EL REY le vuelve la
espalda: EL CONDE va a replicar: D. PEDRO
CORONEL se lo impide, y le señala LOS
BALLESTEROS.)
DON PEDRO CORONEL (Al CONDE llevándolo, a su pesar, hasta la
puerta del foro, y haciéndole salir por ella.)
Os pierde vuestra locura,
mirad, Conde, dónde estáis,
lo más seguro es que os vais, 2010
que el tiempo todo lo cura.
Escena X
DICHOS, menos EL CONDE DE AMPURIAS.
DON JAIME Y vos, Teresa, ¿estáis loca?
¿Olvidasteis mi poder?
¿Creéis que es fácil mover
con vuestra mano una roca? 2015
¿No ha querido ser del Conde
esposa vuestra ambición?
¿Qué quimera?, ¿qué pasión
en vuestro pecho es esconde?
DOÑA TERESA A mí no me aterraréis, 2020
yo defiendo mi derecho,
ni temo vuestro despecho,
ni sin defensa me veis.
DON JAIME Defendida, mas ¿por quién?
EL OBISPO DE GERONA Defiéndela su razón. 2025
DON JAIME (Al OBISPO.) Ha llegado la ocasión
que me conozcas también.
Marcha a cuidar las ovejas
que Dios ha puesto a tu cargo;
si tardas, yo me encargo 2030
de hacerte olvidar consejas.
EL OBISPO DE GERONA Yo me iré donde mandáis,
Señor, porque sois mi Rey;
mas también tengo otra ley
que es la santa me adoráis. 2035
Ella quiere que defienda
al débil mano le tienda.
Prelado soy, aunque indigno,
con mi deber cumpliré;
si lo queréis moriré, 2040
Dios me reciba benigno.
DON JAIME No quiero yo haceros daño,
quiero impedir que lo hagáis,
y en resumen que volváis
a cuidar vuestro rebaño. 2045
DOÑA TERESA Queréis que deje la Corte,
mi solo, mi único amigo;
teméis Don Jaime un testigo...
DON JAIME ¿Qué dirá que a mí me importe?
DOÑA TERESA Dirá que soy vuestra esposa. 2050
DON JAIME No hará tal si fuere cuerdo.
EL OBISPO DE GERONA Señor, yo sé que me pierdo,
mi obligación es forzosa:
ante mí lo prometisteis.
DON JAIME Suponed que no lo oísteis, 2055
o guardadlo en vuestro pecho,
porque una sola palabra
vuestra propia ruina labra,
y tal vez a mi despecho...
EL OBISPO DE GERONA Yo, Señor, si aquesta dama 2060
os suelta la obligación...
DOÑA TERESA Nunca cede mi razón.
EL OBISPO DE GERONA Entonces si ella reclama...
DON JAIME ¿Qué haréis, Obispo?, ¿qué haréis?
EL OBISPO DE GERONA Rogaros humildemente. 2065
DON JAIME ¿Si lo niego, finalmente?
EL OBISPO DE GERONA Al Obispo escucharéis.
Yo puesto a los pies del Trono,
en nombre del Dios supremo,
os haré ver que no temo 2070
por servirle, vuestro encono:
y cuando vos, Soberano,
perjurando en el altar
penséis a la Infanta dar
ya seguro vuestra mano, 2075
entonces con voz terrible
os diré: «Doña Teresa
ya recibió tu promesa.»
DON JAIME (Furioso.) ¡Que tal escucho es posible!
Loco estás, huye de aquí. 2080
EL OBISPO DE GERONA Impedir debo un delito.
DON JAIME Huye, otra vez te repito,
o no respondo de mí.
EL OBISPO DE GERONA Prometedme no casaros.
DOÑA TERESA Ved si tengo un defensor. 2085
DON JAIME ¿Estáis viendo mi furor,
y os atrevéis a burlaros?
Si tardas un solo instante, (Al OBISPO.)
si más hablas en mi mengua,
el verdugo de tu lengua 2090
me dará caución bastante.
EL OBISPO DE GERONA Dirá siempre la verdad.
DON JAIME Callártela mando yo. (A LA GUARDIA.)
Prendedle. (Rodean al
EL OBISPO DE GERONA sin tocarle.)
Silencio.
EL OBISPO DE GERONA No.
DON JAIME Si te osares resistir 2095
lo guardarás en la tumba
por toda una eternidad.
EL OBISPO DE GERONA Aun allí de la verdad
la voz sagrada retumba.
DOÑA TERESA Don Jaime, no triunfaréis. 2100
DON JAIME Lo veremos, vive Dios,
antes de mucho de los dos,
quién es Don Jaime sabréis.
¡Prendedle! (A LOS GUARDIAS señalándoles
al OBISPO.) (El geje de los ballesteros con
algunos de ellos se aproxima al OBISPO, pero
sin tocarle.)
EL OBISPO DE GERONA ¡Cómo!, ¿a un Prelado, 2105
sacrílego, atropelláis?
DON JAIME Prendedle, no os detengáis.
¿No basta haberlo mandado?
EL OBISPO DE GERONA No basta, Don Jaime, no;
de Dios tiemblan el castigo. 2110
Tirano os mostráis conmigo,
sumiso debo ser yo.
Decidme cuál es mi encierro,
le irá a ocupar mi obediencia.
Mas temblad, vuestra conciencia 2115
castigará vuestro yerro.
DON JAIME Llevadle.
EL OBISPO DE GERONA No me toquéis;
no profane vuestra mano
al Obispo... ¿Y vos, Cristiano,
que os creamos pretendéis? 2120
¡Ah!, ¡corréis al precipicio!
DON JAIME Silencio, lengua de infierno.
EL OBISPO DE GERONA Don Jaime, tormento eterno
os prepara mi suplicio.
DON JAIME Yo sabré hacerte callar. 2125
Prendedle. El Rey os advierte (A sus
GUARDIAS.)
que le prepara la muerte
al que vacile en llegar. (LOS SOLDADOS se
acercan más al OBISPO.)
EL OBISPO DE GERONA Soldados, obedeced,
y que tiemble ese tirano. (EL REY fuera de sí
echa mano de la daga, y va a arrojarse sobre EL
OBISPO, pero DON PEDRO se interpone.)
2130
DON JAIME ¡Miserable!, ¡a tal estremo!
¿Morirá?...
DON PEDRO CORONEL Señor, tened. (Desde aquí hasta el fin
del acto DON PEDRO procura calmar al REY,
a quien la cólera tiene enagenado.)
EL OBISPO DE GERONA Anatema sobre ti,
y tus vasallos también,
ya que tranquilos te ven 2135
insultar a Dios en mí.
Con negro borrón tu gloria
ha mancillado tu saña,
porque también esta hazaña
ha de escribirse en la historia. 2140
Haz preparar el verdugo:
Dios me ampara, nada temo,
por probarme a tal estremo
dejarte llegar le plugo.
Vivid tranquila, Teresa, 2145
cuando el alfanje divida
mi anciana cabeza ungida,
publicaré su promesa. (EL REY hace un gesto
amenazador a LOS GUARDIAS .-DOÑA
TERESA desaparece. -DON PEDRO se
encamina con EL OBISPO y LOS
BALLESTEROS hacia el foro.)
FIN DEL ACTO CUARTO
Acto quinto
Galería del Palacio de Zaragoza. Decoración con rompimiento después del segundo
bastidor. -En el fondo (cuarto bastidor) puerta de la Capilla real que a su tiempo debe
abrirse y dejar ver lo interior. -Puerta a la derecha (del actor) que es la entrada general; a la
izquierda otra de la cámara del Rey, el espacio entre el rompimiento y el telón de foro es la
comunicación con lo interior del Palacio. La galería estará adornada con lujo y elegancia, e
iluminada con muchas bugías: adviértense los preparativos de una gran función.
Escena primera
D. GUILLÉN DE MONCADA. D. SANCHO ANTILLÓN. EL COMENDADOR DE
AMPOSTA (Templario.) D. JIMÉN DE FOCES. -CABALLEROS.
Al levantarse el telón aparecen los indicados en grupos. Los demás CABALLEROS van
entrando succesivamente todos por la puerta de la derecha quedándose unos en la primera
galería y yéndose otros a pasearse entre el rompimiento y el telón del foro.
D. MIGUEL DE MONCADA Caballeros, yo no sé
si estamos en Morería.
D. JIMÉN DE FOCES Dudarlo se puede a fe. 2150
COMENDADOR DE AMPOSTA ¿Quién viendo al hijo diría
que tuvo padre tan santo?
D. SANCHO ANTILLÓN ¿Y que Aragón sufriría
y callara agravio tanto?
COMENDADOR DE AMPOSTA La culpa es vuestra, Señores, 2155
y a la verdad que me espanto
que sufráis tales horrores
cuando cansa su violencia
a esos pobres moradores...,
es ya caso de conciencia 2160
tolerar tanto desdoro;
mengua es aquí la paciencia.
D. MIGUEL DE MONCADA ¿Con qué objeto contra el moro
vuestro valor se ejercita,
si aquí le pierde el decoro 2165
a Dios, Don Jaime y le irrita?
D. JIMÉN DE FOCES Callad, Señores, por Cristo.
D. SANCHO ANTILLÓN El pueblo clama y se agita.
D. JIMÉN DE FOCES En que es bien dejarlo insisto.
Reparad en donde estamos. 2170
COMENDADOR DE AMPOSTA Ya, Foces, lo tengo visto.
D. MIGUEL DE MONCADA Hora aquí nada arriesgamos,
bien podéis estar seguro.
D. SANCHO ANTILLÓN Nadie escucha lo que hablamos.
COMENDADOR DE AMPOSTA Y la espada en todo apuro... 2175
D. JIMÉN DE FOCES Una palabra imprudente
perdernos puede, lo juro.
Recordad cuán brevemente
fue el de Ampurias desterrado:
sabéis que severamente 2180
al Obispo ha castigado.
COMENDADOR DE AMPOSTA De muerte al Santo Pastor
sacrílego ha amenazado.
D. JIMÉN DE FOCES Prudencia, sino temor
os inspire tal ejemplo. 2185
D. MIGUEL DE MONCADA Y hora intenta su furor
tal vez profanar el templo.
D. SANCHO ANTILLÓN ¿Provocar al Papa así?,
imposible lo contemplo.
COMENDADOR DE AMPOSTA Pues no me sorprende a mí. 2190
D. MIGUEL DE MONCADA Ni a mí, vive Dios, tampoco.
D. JIMÉN DE FOCES Tener tal lenguaje aquí
es empeño ciego y loco. (Se separa y pasa a la
segunda galería.)
D. SANCHO ANTILLÓN Ni él está, ni Coronel;
de los otros temed poco. 2195
COMENDADOR DE AMPOSTA Don Pedro... Tan bueno es él...
D. MIGUEL DE MONCADA Otro tanto que su dueño.
D. SANCHO ANTILLÓN Ello, en verdad, es cruel
mirarnos en tal empeño.
COMENDADOR DE AMPOSTA El Legado le excomulga 2200
y no desarma su ceño.
D. MIGUEL DE MONCADA Que hoy se casa el Rey promulga
y magüer que excomulgado
diz que confiesa y comulga.
D. SANCHO ANTILLÓN No habrá cura ni prelado 2205
que le dé la absolución.
COMENDADOR DE AMPOSTA Las iglesias se han cerrado
y la plebe su intención
de revelarse no oculta:
ya maldice esa ambición 2210
que hasta el Papa mismo insulta.
Si el fuego prende, el tirano
tal vez hoy mismo sepulta.
D. MIGUEL DE MONCADA ¿Y Doña Teresa?
D. SANCHO ANTILLÓN En vano
la ha mandado el Rey buscar. 2215
COMENDADOR DE AMPOSTA Guay si la alcanza su mano...
D. SANCHO ANTILLÓN Ella acertose a escapar.
Cuando al Obispo prendieron
no la han podido encontrar
por más que los pretendieron. (FOCES pasa
apresuradamente de la segunda a la primera
galería, y llegándose a ellos dice:)
2220
D. JIMÉN DE FOCES Señores, Don Pedro viene. (No lo oyen.)
Que es Don Pedro. (Sepáranse.) Ya me
oyeron.
COMENDADOR DE AMPOSTA Algo nuevo se previene. (Sepárase.)
D. SANCHO ANTILLÓN De mal agüero es el hombre. (Ídem.)
D. MIGUEL DE MONCADA Yo no sé lo que se tiene (Ídem.) 2225
que no me gusta ni el nombre. (Estos
anteriores cuatro versos con rapidez y
repartiéndose por la escena.)
Escena II
DICHOS. D. PEDRO CORONEL de gala.
(DON PEDRO entra por el foro derecho. LOS CABALLEROS de la segunda galería le
hacen plaza y le saludan, él contesta a todos. Después entra en la primera siguiéndole LOS
CABALLEROS. Echa una mirada investigadora sobre los cuatro INFANZONES como para
reconocerlos, y ellos procuran componer el semblante de manera que nada pueda penetrar
de su intención.)
DON PEDRO CORONEL (Aparte al entrar en la primera galería.)
Si aquestos no conspiraban
será cosa que me asombre:
aquí solos conversaban...
(Saludándoles.) Infanzones... Caballeros... 2230
¿Qué será lo que tramaban?
D. SANCHO ANTILLÓN (A FOCES.) ¡Favoritos altaneros!
DON PEDRO CORONEL Que hay nobleza en Aragón
verán hoy los estrangeros.
En tan solemne ocasión 2235
cumplir de nobles la ley.
COMENDADOR DE AMPOSTA ¿Sabremos con qué intención
nos hizo llamar el Rey?
DON PEDRO CORONEL Tal vez quiere que le asistan
los mejores de su grey. 2240
D. MIGUEL DE MONCADA A soldados que se alistan
se les dice para qué.
DON PEDRO CORONEL (Con frialdad.) Los que no quieran resistan a Don
Jaime.
D. JIMÉN DE FOCES (Aparte.) No lo hará.
DON PEDRO CORONEL (Con mucha frialdad.)
Si place a los Infanzones, 2245
que si place, yo lo sé,
ver de armados escuadrones
la militar apariencia;
tendrán pocas ocasiones
de ver tantos, en conciencia, 2250
como en el Coso hallarán
que llegaron de Valencia. (Sensación general.)
Trescientas lanzas verán
de lo mejor de esta tierra
que acostumbradas están 2255
por los moros a la guerra,
y por el Rey, mi Señor,
a no acatar en la tierra
más que sólo su valor.
Hay también Alumgavares, 2260
Salvages, mas con honor,
que no tienen otros lares
que los campos de batalla.
De peones a millares,
tanta gente viste malla 2265
que temo que no ha de haber
para todos vitualla.
D. MIGUEL DE MONCADA (Ap. al COMENDADOR.) ¿Qué haremos?
COMENDADOR DE AMPOSTA (Ap. a
MONCADA.) Obedecer.
D. MIGUEL DE MONCADA Sólo por curiosidad
he pretendido saber... 2270
DON PEDRO CORONEL (Fríamente.) Ya sé vuestra lealtad.
D. JIMÉN DE FOCES Quién dudará de la nuestra.
DON PEDRO CORONEL Injuria fuera en verdad,
tenéis dada tanta muestra.
D. SANCHO ANTILLÓN Mi fe conocéis sin duda. 2275
DON PEDRO CORONEL Es, Antillón, como vuestra.
COMENDADOR DE AMPOSTA Calla mi lengua, por ruda,
mas mi celo es conocido.
DON PEDRO CORONEL La buena obediencia es muda.
El Rey está persuadido 2280
que todos aquí le acatan. (Pasando la vista por
la concurrencia.)
Si hubiere algún atrevido
ya sabrá cómo se tratan
en su Corte desleales,
aunque todos no se matan, 2285
mas gentes tan principales
no han menester este aviso,
que siempre fueron leales.
D. JIMÉN DE FOCES (Ap. a ANTILLÓN.) De amenaza tiene viso
el consejo. ¿Qué decís? 2290
D. SANCHO ANTILLÓN (Ap. a FOCES.) ¡Soldados tan de improviso!
D. MIGUEL DE MONCADA (Aparte al COMENDADOR.)
¿No hay remedio?
COMENDADOR DE AMPOSTA Ya lo oís.
DON PEDRO CORONEL (Aparte.) La intención no será santa,
pero calláis y sufrís. 2295
UN PORTERO. (Dentro: derecha.)
Plaza a la Señora Infanta.
OTRO ÍDEM. (Dentro: izquierda.)
Plaza, plaza al Señor Rey.
D. SANCHO ANTILLÓN (Ap. a FOCES.) ¿Qué es esto?
D. JIMÉN DE FOCES ¿Pues qué os
espanta?
Nos tiene bajo su ley.
Escena III
DOÑA VIOLANTE, EL LEGADO y su acompañamiento por la puerta derecha. -D. JAIME
por la de la izquierda, ambos de gala. -D. PEDRO, LOS INFANZONES, CABALLEROS,
ECLESIÁSTICOS, PAJES, DAMAS ESCUDEROS, GUARDIAS que entran por el foro
derecho y se colocan en el fondo. -LOS CABALLEROS se dividen en los dos lados del
Teatro, quedando en primera fila LOS INFANZONES. Al presentarse EL REY y LA
INFANTA se descubren e inclinan. Dos Reyes de armas, uno con las de Aragón y otro con
las de Hungría en el Tabardo, son los primeros que entran en la escena: sigue UN
PORTERO, a este algunas DAMAS, y después el Legado del Papa dando la mano a la
INFANTA DOÑA VIOLANTE, a quien siguen PAJES, ESCUDEROS y algunos
ECLESIÁSTICOS de la comitiva del LEGADO. -D. JAIME se adelanta hasta la puerta.
DON JAIME Perdóneme el claro Sol 2300
de vuestro rostro divino
si no he salido al camino
a gozar de su arrebol.
Vuestro esclavo me confieso,
mas átanme aquí cadenas 2305
que aunque doradas, apenas
podréis alcanzar su peso.
Lástima tengo a la Hungría,
Señora, porque os perdió,
que si mucho imaginó 2310
halla más la fantasía.
DOÑA VIOLANTE Mucho debo a mi ventura
en pareceros tan bien:
pero amantes ojos ven
aun no habiéndola hermosura. 2315
DON JAIME Al miraros la belleza
mis ojos idolatraron;
y tal vez me revelaron
del tesoro la riqueza:
mas hora que os llego a oír 2320
tan entendida y modesta
fuera injuria manifiesta
no acabarme de rendir.
DOÑA VIOLANTE La que así de lejos viene
destinada a vos, Señor, 2325
de agradecer vuestro amor
licencia es claro que tiene.
Forzosa razón de Estado
dispuso este casamiento,
mas nunca mi pensamiento 2330
mejor lo hubiera encontrado.
DON JAIME No más digáis, mi Señora,
que a veces mata el placer.
DOÑA VIOLANTE Es forzoso obedecer.
DON JAIME ¿Al esclavo que os adora? 2335
Mas de tan larga jornada
será bien que descanséis
hasta que allí me juréis (Señala a la Capilla, LOS
INFANZONES se miran unos a otros.)
ser mía, Violante amada. (La presenta la mano.)
DOÑA VIOLANTE (Tendiendo la suya.)
En todo os debo obediencia. (Echan a andar
hacia el foro. Entran en la segunda galería,
2340
salen por el foro izquierdo. LAS DAMAS y
PAJES siguen a LA REINA.)
DON JAIME Señora, tanta humildad
no sienta a vuestra beldad.
(Al LEGADO.) Esperad, corta es mi ausencia.
Escena IV
DICHOS, menos DOÑA VIOLANTE, &c.
(EL REY la ha acompañado y LOS INFANZONES le han seguido con D. PEDRO
CORONEL, pero todos vuelven inmediatamente al proscenio.)
DON JAIME (A LOS CABALLEROS.) Doña Violante de
Hungría
que aquí vio vuestra atención 2345
será Reina de Aragón
antes que luzca otro día.
(Seña para que se retiren.)
Caballeros, dad lugar,
y dentro volved de un hora;
podréis a vuestra Señora 2350
la mano humildes besar. (LOS
CABALLEROS salen por la puerta derecha.
LOS ECLESIÁSTICOS le siguen.)
Señor Legado, vos no.
Retirad los Ballesteros. (A D. PEDRO que va
a ejecutar la orden y EL REY le detiene.)
¿Llegaron ya los arqueros?
DON PEDRO CORONEL Sí, Señor, todo llegó. 2355
(Seña del REY para que se retire. D. PEDRO
se va por la segunda galería, foro derecho,
con LOS BALLESTEROS.)
Escena V
D. JAIME se pasea meditabundo. EL LEGADO contempla al REY con inquietud. EL REY
se para enfrente del LEGADO y clavando en él la vista, con espresión de mal reprimido
enojo, le dice:
DON JAIME Ya en fin Doña Violante aquí ha venido
¿y con quién, Cardenal?, ¿quién la acompaña?
Si vos..., nunca os creí tan atrevido
que burlarais así mi justa saña,
¡cómo, quien fulminara el anatema 2360
sobre el Rey de Aragón arrojo tiene
de ponerse a su vista! Audacia estrema,
a que ejemplar castigo se previene.
EL LEGADO Si escuchar se dignara Vuestra Alteza...
DON JAIME El tiempo vuela, Cardenal, sed breve. 2365
EL LEGADO Señor, el pueblo entero, la nobleza...
DON JAIME Sujeta tengo ya su furia aleve.
EL LEGADO El hijo del Católico Don Pedro,
que al Papa le rindiera vasallaje...
DON JAIME Ante ese hombre amado no me arredro, 2370
al yugo que él labró yo me sustraje.
EL LEGADO La Cristiandad, Señor, horrorizada
a un Obispo ultrajar con yerro y lengua.
DON JAIME (Interrumpiéndole.)
¿Quisieran más la Magestad hollada?,
no pude consentir tamaña mengua; 2375
acusarme es injusto de severo
pues vive aún y sin lesión ninguna.
EL LEGADO Entonces, gran Señor, no desespero
que un medio de concordia la fortuna...
DON JAIME Si puede haberle, mas de vos depende, 2380
tenéis para pensarlo breve plazo:
o la respuesta la discordia enciende,
o anuda de la paz el roto lazo.
EL LEGADO Cuanto alcance mi leve poderío...
DON JAIME Todo se alcanza, Cardenal, queriendo: 2385
el anatema levantad.
EL LEGADO No es mío.
DON JAIME ¿Pensáis que por ventura no os entiendo?
Cuando aquí con la Infanta venir osa
el Legado del Papa, trae su bula,
el Pontífice pide alguna cosa, 2390
y en cambio el breve de entredicho anula.
EL LEGADO El Padre de la iglesia que me envía
límite a su piedad poner no sabe,
y benigno tal vez perdonaría
de lo ocurrido aquí la culpa grave, 2395
si el Rey...
DON JAIME ¿No os dije yo?, las condiciones
que impone, ¿cuáles son? Decidlas luego.
¿Tributos?
EL LEGADO No se venden los perdones.
DON JAIME Cuidad de avivar la llama del fuego.
EL LEGADO Señor, del Rey de Reyes soy ministro, 2400
y la iglesia no teme humano esfuerzo.
DON JAIME ¡Ay de vosotros, si la lanza enristro!
EL LEGADO De mármol soy, (Aparte.) si al miedo me
tuerzo.
Bien podéis a placer con férrea mano
aniquilar a un hombre sin defensa; 2405
pero pensad también que sois cristiano,
y es la venganza del Señor inmensa.
Del gremio de los fieles escluido,
sólo el temor contiene a los vasallos;
un Faraón, Don Jaime, un tiempo ha habido 2410
y el mar tragó sus lanzas y sus caballos.
Si estáis (y perdonadme) en vuestro asiento,
si aún sois obedecido, si os acatan,
es, Señor, que han prestado juramento,
y en Roma tales nudos se desatan. 2415
DON JAIME La vida os salva, que os escucho sólo.
El razonar dejemos importuno.
Si naciera a reinar en otro Polo,
os fío no me hablara así ninguno.
Levantar la censura es lo importante, 2420
que yo me he de casar antes de una hora;
si os negáis, Cardenal..., dije bastante.
Qué condición ponéis, decid ahora.
EL LEGADO Del Santo Padre de la Iglesia Nuncio
a Vuestra Alteza vengo delegado. 2425
DON JAIME Al hecho, al hecho, basta ya de anuncio.
EL LEGADO Para vos este pliego me ha entregado. (Dale
un pliego, que EL REY toma y mira con
atención.)
DON JAIME La Bula..., ya conozco vuestras mañas,
forzoso es verla, y verla con despacio,
porque ha de contener cosas estrañas. 2430
Cardenal, no salgáis de este Palacio. (Entra en
su cámara.)
Escena VI
EL LEGADO.
Hijo de un Rey a Roma tan sujeto,
¿y seguirá Don Jaime impenitente?
No, mi Dios, por tu gloria me prometo
que humille al polvo la indomada frente. 2435
Escena VII
DICHO. D. PEDRO CORONEL apresuradamente.
DON PEDRO CORONEL ¿Su Alteza no estaba aquí?
EL LEGADO En su estancia retirado...
Mas venís acongojado...
DON PEDRO CORONEL No tal. (Entra apresuradamente en la cámara
del REY.)
EL LEGADO ¿Qué le aqueja así? (Quédase
meditabundo.)
(En la puerta de la derecha aparecen SANCHO y EL PORTERO primero. EL LEGADO les
vuelve la espalda.)
Escena VIII
EL LEGADO. SANCHO. EL PORTERO. (Al paño.)
PORTERO Aguardad, que hay aquí gente. 2440
SANCHO Yo aguardaré, no temáis.
PORTERO Pesado por Dios estáis.
Ay de mí, si alguno os siente. (D. PEDRO en
la puerta de la cámara del REY.)
DON PEDRO CORONEL Entrad, Señor Cardenal,
que quiere hablaros Su Alteza. (Entra EL
LEGADO con D. PEDRO.)
2445
Escena IX
SANCHO. EL PORTERO.
SANCHO Vamos, que es mucha fiereza.
PORTERO Si no puedo: ¡hay cosa tal!
SANCHO ¿Descontentas a un amigo
por tan grande fruslería?
PORTERO No es nada la niñería. 2450
¡A la capilla!..., pues digo.
SANCHO ¿No sabes que son mugeres?,
hoy me ha llegado una hermana
curiosa como Aldeana,
y se le antoja ¿qué quieres? 2455
PORTERO A los mismos Infanzones
le entrada se le prohibió.
SANCHO Vamos, vamos, que sé yo
portarme en las ocasiones. (Le da un bolsillo.)
Mi hermana me está esperando; 2460
voy por ella en un momento.
PORTERO ¿Qué hemos de hacer?, lo consiento,
que siempre pequé de blando.
SANCHO Más cortesano Portero
que tú, no es fácil hallar. (Vase por la
derecha.)
2465
PORTERO Soy de buen acomodar,
sobre todo por dinero.
Escena X
(Después de una muy breve pausa, entra SANCHO con DOÑA TERESA cubierta de un
manto muy largo y bastante espeso, para que no sea conocida.)
DOÑA TERESA. SANCHO. EL PORTERO.
SANCHO (Aparte a DOÑA TERESA.)
Bien tapada estáis por Dios.
DOÑA TERESA (Aparte.) ¡Ambición cómo me tienes!
PORTERO Acaba, Sancho, ¿no vienes? 2470
SANCHO Ya estamos aquí los dos.
¿Entramos en la Capilla?
PORTERO No puede ser por ahora.
Qué callada es la señora.
SANCHO Tú hablador a maravilla. 2475
¿No entramos?
PORTERO Sí; mas después.
SANCHO ¿Y ahora no?
PORTERO Por causa grave.
SANCHO ¿Cuál es?
PORTERO No tengo la llave.
SANCHO Pesada la burla es.
DOÑA TERESA (Ap. a SANCHO.) ¡Con que ha de ser
imposible!
2480
SANCHO Esperad. Con que...
PORTERO Ocultaros
es primero que esplicaros... (Ruido dentro.)
El Rey..., andad que es terrible. (DOÑA
TERESA dice algunas palabras al oído a
SANCHO, quien dejándola con EL
PORTERO, sale por la puerta de la derecha:
DOÑA TERESA y EL PORTERO se retiran a
la segunda galería apresuradamente, y
desaparecen por el foro de la izquierda.)
Escena XI
DON JAIME. DON PEDRO. EL LEGADO.
DON JAIME Es sagrada mi palabra.
EL LEGADO Dios tocó ese corazón. 2485
DON JAIME Está bien, no perdáis tiempo.
EL LEGADO Como gustareis, Señor. (Vase.)
Escena XII
DON JAIME. DON PEDRO.
DON JAIME ¡Imposible me parece!
¿Tal pasa viviendo yo?
Ese pueblo que temblaba 2490
mi nombre como el de Dios,
esos nobles de quien supe
poner a raya el furor:
porque a un viejo que me ofende
le pongo en dura prisión, 2495
¿rebeldes alzan el grito?
Esto explicádmelo vos.
DON PEDRO CORONEL Es un Obispo el anciano
que prendisteis, gran Señor,
y el pueblo mira ultrajada 2500
en ello la Religión.
DON JAIME ¡Los menguados!, una muerte
cometerán cada sol,
y porque prendo a un Obispo
me gritan ¡Profanación! 2505
Atropellan el respeto
del que a mandarlos nació;
y guerra impía le mueven
a su natural Señor...
Hasta en mis propios soldados 2510
prendiera la rebelión.
DON PEDRO CORONEL Ninguno el grito rebelde
de los hombre de armas dio.
DON JAIME La cabeza le costara
al que le diera traidor. 2515
DON PEDRO CORONEL Mas consintieron que el vulgo
alce atrevido la voz.
DON JAIME Yo doblaré la rodilla
ante el altar, mas por Dios
que al levantarme, del fuego 2520
que abrasa mi corazón,
aniquilarán los rayos
a quien a Jaime insultó.
DON PEDRO CORONEL Más tarde podréis vengaros,
cuando aplacado el furor 2525
que enciende ahora en sus pechos,
no encontrarle en la prisión...
DON JAIME Pague luego con la vida
el que las puertas le abrió.
DON PEDRO CORONEL No se encuentra al carcelero, 2530
perdiose en la confusión,
que si el pueblo le encontrara
le matara allí, Señor.
Porque no hallando al Obispo
imaginan que murió: 2535
y que el puñal, o el veneno.
DON JAIME ¡Qué mal conocen quién soy!
En la plaza le matara
a la claridad del sol,
si mi justicia quisiera 2540
matarlo. -¿Quién le salvó?
DON PEDRO CORONEL Imposible averiguarlo,
a mi entender, es por hoy.
Él tiene tantos amigos...
Poderosos muchos son, 2545
y el oro lo alcanza todo.
DON JAIME ¿Y de Teresa?
DON PEDRO CORONEL Burló
su secreto mis pesquisas;
continuándolas estoy.
DON JAIME Pues si llegáis a prenderla, 2550
en estrecha reclusión
la poned sin que la vea. (Por la puerta de la
derecha entra el segundo PORTERO;
inmediatamente EL LEGADO y siguiéndole
LOS ECLESIÁSTICOS; saludando al pasar
al REY se dirigen a la Capilla, que abre EL
PORTERO, y entran todos. -EL REY
contempla a los que pasan con preocupación.)
DON PEDRO CORONEL (Señalando la Capilla.)
¿Y estáis resuelto, Señor?
DON JAIME A todo por humillarlos,
os lo juro por quien soy. 2555
Estos al cabo se escudan
del santo nombre de Dios,
y yo haré ver que si cedo
es por él, por ellos no.
Levantado el entredicho 2560
yo recobraré mi honor:
corred, Don Pedro, la Corte
aquí convoque un pregón,
y haced que en tanto se inquiera
quien el motín provocó: 2565
su cabeza sobre un tajo...
EL LEGADO (En la puerta de la Capilla.)
Os esperamos, Señor.
DON JAIME Don Pedro, el pregón; la Infanta. (D. PEDRO
por la derecha. -Seña de D. JAIME al
LEGADO, y este vuelva a entrar en la
Capilla.)
Escena XIII
DON JAIME.
¿Será verdad que soy yo
el que tanto aquí se humilla? 2570
¿Así su nombre mancilla
quien nunca al miedo cedió? (D. PEDRO
entra por la puerta de la derecha, atraviesa el
Teatro, pasa a la segunda galería, y se va por
el foro derecho.)
¿Me rindo a los hombres?... No:
y he nacido al fin Cristiano...
El hombre, no el Soberano 2575
se postrará ante el altar.
Yo después sabré probar
que aún tengo el cetro en mi mano. (D.
JAIME entra en la Capilla. Al propio tiempo
entran por la puerta de la derecha LOS
CABALLEROS y DAMAS, por el foro
derecho servidumbre de Palacio. SANCHO
entra con LOS CABALLEROS, ocultándose
entre ellos. DOÑA TERESA siempre con
manto. Algunas dueñas de Palacio lo llevarán
también. CABALLEROS, DAMAS y
CRIADOS entran en la Capilla. Las puertas
quedan abiertas, y el forillo representa el
muro lateral de la Capilla, cuyo altar se
supone colocado a la derecha del espectador,
por manera que los CABALLEROS presenten
el costado derecho. La Capilla parece llena. -
DOÑA TERESA y SANCHO se quedan los
últimos. -Al ir esta a entrar, seguro de que
nadie le observa, SANCHO la detiene y
conduce al proscenio. -Durante la escena
siguiente ambos interlocutores observan
cuidadosamente todas las entradas.)
Escena XIV
DOÑA TERESA. SANCHO.
SANCHO Albricias, Señora mía.
DOÑA TERESA ¡Albricias, Sancho!, ¿de qué? 2580
SANCHO El pueblo se ha sublevado.
DOÑA TERESA Y la nobleza.
SANCHO También.
Han allanado la torre,
prisión de Don Berenguel.
DOÑA TERESA En libertad el Obispo... 2585
¿A dónde está?
SANCHO No lo sé.
DOÑA TERESA Corramos a averiguarlo.
SANCHO Señora, el paso tened:
no le hallaron en la Torre.
El pueblo entiende que el Rey 2590
en secreto le matara.
DOÑA TERESA Sí; le habrá muerto el cruel.
Y no tengo otro testigo...
SANCHO ¿Ya la esperanza perdéis?
Los nobles tienen cabildo, 2595
a su amparo os acoged...
DOÑA TERESA Yo quería presentarme
entre la Infanta y el Rey,
cuando en sacrílego lazo
unidos pensaran ser; 2600
y ya que más no alcanzase,
hacerles probar la hiel
que hoy amarga mi existencia.
SANCHO ¿Que es mejor no conocéis
que el auxilio de sus brazos 2605
los Infanzones os den?
DOÑA TERESA Sí; que si más no consigo,
venganza al menos tendré.
¿Qué importa arriesgue la vida
quien ya ha perdido un laurel? 2610
Vamos, Sancho, mi presencia
podrá ese fuego acrecer.
SANCHO Ya vienen, vamos, Señora,
¡ay de vos, si alguno os ve! (Vanse por la
derecha.)
Escena XV
DON PEDRO CORONEL. DOÑA VIOLANTE, y su acompañamiento.
DON PEDRO CORONEL Sí, Señora, está Su Alteza 2615
haciendo la paz con Dios;
tan fausto agüero preside
a la suspirada unión.
El iris sois de estos Reinos,
la paz os deben a vos. 2620
¡Que mucho que un Ángel sea
mensagero de tal don!
DOÑA VIOLANTE Plegue a Dios que pueda siempre
feliz hacer con mi amor
al Rey mi esposo y mi dueño, 2625
y a su Reino de Aragón.
Esto le ruego postrada....
DON JAIME (Dentro.) A los hombres no, es a Dios.
(Rumor en la Capilla. -Los que están en la
escena vuelven la vista hacia ella.)
DOÑA VIOLANTE Ved, Don Pedro, ¿qué ha ocurrido
que promueve tal rumor? (DON PEDRO entra
en la Capilla, habla a vista del espectador con
alguno de los CABALLEROS, y vuelve
después a la escena.)
2630
DON PEDRO CORONEL Leyendo estaba el Legado
la bula de absolución;
el Rey de hinojos postrado
ante el altar la escuchó;
mas oyendo que del Papa 2635
ha de implorar el perdón,
esclama con voz de trueno:
«a los hombres no, es a Dios.»
El Cardenal se suspende,
empero el Rey le miró 2640
y sigue la ceremonia.
Esto es todo en conclusión.
DOÑA VIOLANTE Se humilla como Cristiano,
mas de que es Rey se acordó.
DON PEDRO CORONEL Nunca desmienten sus hechos 2645
a Jaime el Conquistador.
Ya en breve ha de terminarse,
según pienso, la función,
y a Vuestra Alteza por Reina
saludará nuestro amor. 2650
Escena XVI
DICHOS. EL REY. -EL LEGADO. -CABALLEROS. -PAGES, &c. que salen de la Capilla,
y se colocan en ambas galerías, de manera que por el centro del escenario puedan pasar EL
REY y EL LEGADO. Cuando estos salgan al proscenio, se cierra el semicírculo. -EL REY y
EL LEGADO en la puerta de la Capilla.
EL LEGADO El Pontífice Romano
levanta la excomunión,
que la justicia a estos Reinos
del Vaticano lanzó. (Bajan al proscenio.)
El Rey hizo penitencia 2655
implorando su perdón.
DON JAIME Cardenal, lo tengo dicho.
Lo he pedido sólo a Dios
consagrarme a la ventura
de vos, mi esposo y Señor, 2660
más que la lengua, Don Jaime,
hablará mi corazón.
DON JAIME El instante venturoso
no lo retardemos, no.
Felices son hoy mis pueblos, 2665
pues que tal Madre les doy. (EL REY hace
seña. -EL LEGADO entra en la Capilla. -
Siguen DON JAIME y VIOLANTE, DON
PEDRO y todo el Acompañamiento. -La
escena queda un instante sola.)
Escena XVII
EL CONDE DE AMPURIAS, armado. EL OBISPO DE GERONA, cubierto con una gran
capa.
EL CONDE DE AMPURIAS Pues bien, si os place al martirio correr;
con vos quiero morir.
EL OBISPO DE GERONA Hazaña loca.
Yo lo debo a mi estado, a mi conciencia.
EL CONDE DE AMPURIAS También he honrado mi valor blasona. 2670
Ya la fe de vasallo tenéis rota:
sin ofender al Rey, debéis, o Conde,
defender vuestras tierras y persona.
Mi consejo seguid; no hagáis que llore
vuestra muerte.
EL CONDE DE AMPURIAS Prelado, ¿qué me importa 2675
vivir un día más en la amargura?
Cuando, apenas, Obispo, hará seis horas
puedo el oro romper vuestras cadenas,
quise salvar un alma generosa,
a Ampurias conduciros, con mi acero 2680
defender vuestra vida. -Si malogra
vuestro celo mi intento: si os espone
a una muerte, tal vez lenta, afrentosa,
yo no os quiero dejar: no, lo repito,
el Conde os seguirá cual vuestra sombra. 2685
EL OBISPO DE GERONA Bien, lo consiento: es digna vuestra mano
de ayudarme a acabar tan santa obra.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Y qué hacer pretendéis?, ¿por qué saliendo
del santo Monasterio que hasta ahora
de albergue nos sirvió, venís, Obispo, 2690
donde Don Jaime sus venturas logra?
EL OBISPO DE GERONA A impedir esa unión que se prepara.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Quién de ese tigre las pasiones doma?
EL OBISPO DE GERONA No le injuriéis: la cólera le arrastra,
y entonces ni a sí mismo se perdona; 2695
mas luego calma la razón su afecto,
y las desdichas que ha causado llora.
Yo voy, le imploraré; vencerlo espero
si un solo instante puede hablarle a solas.
EL CONDE DE AMPURIAS Iré con vos.
EL OBISPO DE GERONA No hagáis por vida mía, 2700
agravios le traeréis a la memoria.
EL CONDE DE AMPURIAS Escuchadme: y si es tarde...
EL OBISPO DE GERONA No es posible;
están cerradas las Iglesias todas.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿No conocéis al Rey?
EL OBISPO DE GERONA Bien le conozco.
¿Pensáis que el entredicho osado rompa? 2705
Aquí esperad.
EL CONDE DE AMPURIAS Espero.
EL OBISPO DE GERONA Al punto vuelvo.
EL CONDE DE AMPURIAS Si tardáis, yo entraré.
EL OBISPO DE GERONA No hagáis tal cosa.
(Entra en la cámara del REY.)
Escena XVIII
EL CONDE.
¡Santo Pastor!, su celo va a perderle:
sabe apenas que llega a Zaragoza
la Infanta y vuela, sin temor la rabia 2710
del terrible Don Jaime aquí provoca. (Rumor
dentro, a la derecha, de muchos pasos, voces
bastante a lo lejos.)
¡Cuál rumor, si es el Rey, venga si quiere!,
así terminan mis desdichas todas. (Pasa a la
segunda galería.)
Escena XIX
EL COMENDADOR. FOCES. ANTILLÓN. MONCADA. DOÑA TERESA. SANCHO,
entran por la derecha. EL CONDE en la segunda galería.
DOÑA TERESA (Misteriosamente a los INFANZONES.)
Sí, Caballeros, a una dama ofende,
al pueblo Aragonés su yugo agovia, 2715
de humillar a los nobles Infanzones
Don Jaime, sin reparo, aquí blasona;
y a un Ministro de Dios, crimen horrendo,
la vida... (EL OBISPO sale de la cámara del
REY. -EL CONDE se acerca a él. -LOS
INFANZONES le contemplan con terror y
asombro. -EL CONDE DE AMPURIAS desde
el principio de la escena ha observado
cuidadosamente del grupo que forman LOS
INFANZONES con DOÑA TERESA, mas no
pudo oír su conversación.)
Escena XX
DICHOS. EL OBISPO.
DOÑA TERESA ¡Cielos!, ¡se alzará su sombra!
EL OBISPO DE GERONA Estraño error vuestros sentidos turba. 2720
En vida estoy: ilesa mi persona.
DOÑA TERESA ¿Pues cómo en la prisión no os encontraron?
EL OBISPO DE GERONA Mis cadenas, Teresa, fueron rotas
por este Caballero. (EL CONDE se alza la
visera.)
D. JIMÉN DE FOCES ¡El Conde, amigos!
EL OBISPO DE GERONA ¿Y el Rey?, ¿no me diréis?, yo vengo ahora 2725
de su estancia.
ANTILLÓN ¿No está?
EL OBISPO DE GERONA No.
DOÑA TERESA Soy perdida,
tal vez en este instante se desposa.
EL OBISPO DE GERONA ¡Pues cómo!, el entredicho...
EL CONDE DE AMPURIAS Levantado
debe estar.
EL OBISPO DE GERONA ¿Es posible? 2730
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Qué os asombra?
¿No os dije yo que al Rey nada detiene?
DOÑA TERESA Amparadme, Señores, amparadme;
impedid esa unión nefanda, odiosa.
(Corriendo a la Capilla.)
¡Ah!, no será mientras yo viva: nunca. 2735
Si no queréis venir, iré yo sola. (Va a entrar
en la Capilla. EL OBISPO y EL CONDE van
a seguirla: las puertas se abren. DON JAIME
dando la mano a DOÑA VIOLANTE aparece
en el dintel. TERESA retrocede, dando un
grito de desesperación, EL OBISPO y EL
CONDE la reciben en sus brazos.)
Escena XXI
DICHOS. EL REY. DOÑA VIOLANTE, acompañamiento, GUARDIAS.
DON JAIME La Infanta Doña Violante
es ya Reina de Aragón. (DOÑA TERESA da
un grito, y cae en los brazos del CONDE:
DON JAIME vuelve la cabeza y
reconociéndola dice:)
A lo pasado perdón;
pero guarda en adelante. 2740
(Cuadro general.)
FIN

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