José E. Pacheco |
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Problemas
del infierno La ocasión Nadie indeseable |
1 Una vez cada cien mil años los demonios autorizan ochenta suicidios en el infierno. Nadie sabe quiénes serán los elegidos, y todos los habitantes bullen en adulación para los torturadores, intrigas y mala fe entre los torturados. El sector radical de los ángeles ha hecho pública su protesta a fin de que Dios, en Su Infinita Bondad, presione a los demonios. Porque no está bien que a la tortura de la infinitud se añada el castigo mediante la esperanza.
2 La condena impuesta al marqués de sade lo obliga a asomarse al cielo por una ventanita. Desde allí ve retozar a los bienaventurados a quines él ya nunca podrá hacer sufrir.
3 En 1895 la burocracia del otro mundo se enfrentó a un problema insoluble. ¿qué hacer con Leopold Sacher-Masoch? ¿Enviarlo al infierno a una eternidad de perversos deleites? ¿Confinarlo en el cielo como castigo y abrir el camino de la salvación sin arrepentimiento a almas como la suya? El papeleo y las consultas a los teólogos ya se prolongan más de sesenta años. Los demonios se niegan a trabajar para alguien que se mostraría agradecido. Mientras el caso se resuelve, algunos ángeles, que son toda bondad, cada tercer día se visten de pieles para azotar a Leopold Sacher-Masoch en un lugar discreto cerca del limbo.
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_ Quise decírselo otra vez. Mis labios no alcanzaron a modular una sola palabra. Y el invisible arcángel no volverá hasta dentro de cien mil años.
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En el valle ocurre un hecho sobrenatural. Un labrador sale de su choza para atestiguar el prodigio. Dialoga unos minutos con el que hizo el milagro. Al volver, su esposa le pregunta: – ¿Quién era? El labrador toma asiento en la mesa y responde: – Nadie. Era Dios PULSA AQUÍ PARA LEER RELATOS DE TEMA RELIGIOSO |
Indeseable |
Lluvia de sol
Entre
sus ojos cerrados
Un
día más
que sin saberlo
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