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Jorge Llopis

Al ombligo

Mesa camilla

Sobre tablas negras...

Una cotorra verde y africana

 

AL OMBLIGO

Padre ombligo, me asombra tu belleza,

tu cráter sin tremenda fumarada,

tu cicatriz antigua: puñalada

que a nuestra raza diera la Pereza.

Eres tapón de cuba de cerveza,

mirilla de una puerta condenada,

ojo tuerto mirando hacia la Nada,

ventosa que, al revés, chupa y bosteza,

bolsa de pelusilla en plena entraña,

soldadura, remiendo, parche, laña,

manómetro que advierte al más bonito,

su expansiva presión: gula, licencia,

envidia, corrupción, concupiscencia...

y otras marranaditas que no cito.

 

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MESA CAMILLA

Mueble-túmulo honesto, que esconde, y se lo alabo,

su sexo de brasero en su oscuro entresijo;

altar de la echadora de cartas con botijo,

copa de anís y gato faraónico y bravo;

tienda de seda mustia, que vio pisar el rabo

a emires galopantes, vencidos en Clavijo;

especie de caderas de Eugenia de Montijo

sin Tercer Bonaparte con perillo de nabo.

Lonja, chisme y julepe de las gentes discretas;

“refugium peccatorum” de putas y alcahuetas

que se mantiene incólume, sin mancha concebido,

pues si alguien se aproxima, solapado y silente,

y sus castos refajos levanta de repente,

escuchará los gritos del pudor ofendido.

 

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Sobre tablas negras
dejaron sus cuer
pos,
con viejas frazadas
pronto los cubrieron
verdes de fermento
y de soledades
los quesos manchegos.

De vaga penumbra
de moho y silencio
les prestaba sombra
de trágicos senos,
tan puros, tan lácteos,
que pensé con miedo;
!Dios Mío, qué solos
se quedan los quesos!

 

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Una cotorra verde y africana
un plátano encontró cierta mañana.

Lo mira, lo remira sabihonda
y dice al fin:_! Qué cosa más cachonda !

Nunca vi nada igual. Largo, lustroso,
fusiforme, pulido y misterioso.

Mas su aspecto me llena de pavura,
pues no creo que pase la Censura.

Así, que sin dudar, si es que dudaba
lo tiró, y se acabó lo que se daba.

Y de su acción, haciendo grande dolo,
tomólo, enarbolólo y arrojólo.

Moraleja:Juzgad cual la cotorra
el libro por la tapa que lo forra.

Que en muchísimas obras literarias
hay dentro un platanito de Canarias.

 

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