María Elvira Lacaci

índice

La palabra

Soneto

Canta

LA PALABRA

Yo te quiero sencilla. Acaso pobre.
A veces,
vas a brotarme de organdí vestida (sin querer
me florece el lenguaje de otros seres).
Con amor te desnudo.
Quedas como mi carne.
Como mi corazón y sus latidos.

A menudo,
igual que los pequeños
ante una tienda de juguetería,
pego la cara
a las brillantes lunas
donde se venden las palabras bellas.
Las admiro.
A otros les sientan bien. Si me las colocara…
Las aparto al momento
porque a mí no me sientan.

Y de nuevo voy cogiendo brazados de palabras
entre la hierba fresca
y bajo el cielo.

PULSA  AQUÍ PARA LEER EL CONCEPTO O CRÍTICA DE POESÍA EN DIFERENTES AUTORES

ir al índice

SONETO

 Me fatiga esta carne enferma, oscura,

y al surco de Tu amor, junto a Tu aliento,

quiero arrojarla. Luego vendrá el viento

y besará mis brazos, mi cintura.

 Subirá por mis venas calentura.

Podré volar, ya no será un intento.

Mis verdes ramas no serán lamento,

y habrá en mi corazón celeste hondura.

 Apenas mis raíces ya en la tierra,

podré creer en Ti. Tu savia fuerte

mi débil carne tornará de acero.

 Y como el viento gusta de la sierra,

yo gustaré la dicha de tenerte

aquí en mi corazón. Mínimo. Entero.

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DE AMOR SEXUAL

ir al índice

CANTA

 Y me pesó tu dedo

lo mismo que un gran manto

de hierro

que pendiera

de mis desnudos hombros.

Y me pesó tu dedo

cuando me señalaste el corazón -esta mañana-,

mientras el aire,

el aire enrarecido de mi alcoba,

volteaba un sonido:

                 Canta.

 Y quise huir. Temí. Me encogí hasta el abismo

de la angustia,

porque pesaba mucho tu palabra:

                 Canta.

 Déjame como siempre

volar por la palabra. Libre. Suelta.

Que yo te cantaré como hasta ahora.

Pero no vuelvas a decirme:

                 Canta.

ir al índice

 

IR AL ÍNDICE GENERAL