Yo
te quiero sencilla. Acaso pobre.
A
menudo,
Y
de nuevo voy cogiendo brazados de
palabras PULSA AQUÍ PARA LEER EL CONCEPTO O CRÍTICA DE POESÍA EN DIFERENTES AUTORES |
Me fatiga esta carne enferma, oscura, y al surco de Tu amor, junto a Tu aliento, quiero arrojarla. Luego vendrá el viento y besará mis brazos, mi cintura. Subirá por mis venas calentura. Podré volar, ya no será un intento. Mis verdes ramas no serán lamento, y habrá en mi corazón celeste hondura. Apenas mis raíces ya en la tierra, podré creer en Ti. Tu savia fuerte mi débil carne tornará de acero. Y como el viento gusta de la sierra, yo gustaré la dicha de tenerte aquí en mi corazón. Mínimo. Entero. PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DE AMOR SEXUAL |
Y me pesó tu dedo lo mismo que un gran manto de hierro que pendiera de mis desnudos hombros. Y me pesó tu dedo cuando me señalaste el corazón -esta mañana-, mientras el aire, el aire enrarecido de mi alcoba, volteaba un sonido: Canta. Y quise huir. Temí. Me encogí hasta el abismo de la angustia, porque pesaba mucho tu palabra: Canta. Déjame como siempre volar por la palabra. Libre. Suelta. Que yo te cantaré como hasta ahora. Pero no vuelvas a decirme: Canta. |