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Diego Jesús Jiménez

La música serena

Oficio de verano

El silencio

Ángel de  la oscuridad

LA MÚSICA SERENA

La música serena,
más callada, se enciende con la tarde;
sobre la verde vena
del agua, brilla y arde
junto al silencio de armonía plena.
Con ritmo lento huye
por transparentes luces alumbrada.
Oh, claridad que fluye
y en sombras agostada
contempla su pureza y se destruye.

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OFICIO DE VERANO

                                                                                          A Francisco Fernández

Al borde del estanque se apresura
por derramar un pájaro su idioma;
roza a las flores, sufre con su aroma
la levedad de ser substancia pura.
 
Inclínase la flor en la amargura
de ser sólo el reflejo al que se asoma;
agua, por fin, que del estanque toma
sólo la soledad de su agua obscura.
En negras transparencias y humedades
por sonidos y sombras dibujadas
brilla la luz de un pájaro en su vuelo;
luz que en la tarde rompe las verdades
de la flor en el agua reflejadas
al deshacer su imagen y su cielo.

(De Itinerario para náufragos,  1997)

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EL SILENCIO
¿Dónde podré esconderme
si no es ahí, en estas
palabras de amor?
                                    Ante vosotras,
hijas del turbio hospicio
de mi alma -mis dóciles
doncellas-, llora mi desconsuelo.
Yo les escribo
a las pequeñas manchas de tinta
de tus manos, como si fuesen
                                                   cartas que debo
contestar en la noche. Toco el falso
disfraz, el picaporte
de tu oscuro colegio; en él
suena mi vida, discurre
como un río mi vida.
                                       Llega ya el príncipe
de tus libros azules, sobrevuelan las hadas
que te ocultan y encienden. En tu cuello alargado
se oscurecen mis sueños, tus caderas sin nadie
me preguntan; ya llegan
como calientes besos, como nubes lejanas
tus rodillas; me bendice tu sombra
clandestina. ¿Dónde
                                         están tus ojos,
que a todo respondían?
Entonces
eran tus pechos nidos, eran pequeños pájaros
sin vuelo; eran llanuras, pueblos
deshabitados, llaves
de pequeñas iglesias, de alacenas
vacías.
Hoy,
que el deseo se cumple, este
negro silencio de la noche nieva
en el alma, nieva
sobre la oscuridad;
                                       como la lumbre
de los romeros o de las aliagas, yo oigo
tus calladas respuestas.

De "Coro de ánimas" 1968

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Ángel de la oscuridad

Libertad aparente la palabra en el aire;
la espesura del verso,
penumbra iluminada por vocablos oscuros.
Solitarios, los pájaros, recorren
como una sombra más las sombras en el bosque.

 La claridad
siempre es distancia; apenas un intento
de llegar a la luz. Ángel perverso
y bello, donde la noche anuncia
su lenguaje habitable.
Nunca hallarás, al otro lado de estas sombras,
vida alguna; luz que te aleje, pájaro de las tinieblas, con sus nombres ambiguos
de las ruinas del tiempo.

De "Itinerario para naúfragos" 1997

 

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