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Tú me ofreces la vida con tu muerte y esa vida sin Ti yo no la quiero; porque lo que yo espero, y desespero, es otra vida en la que pueda verte. Tú crees en mí. Yo a Ti, para creerte, tendría que morirme lo primero; morir en Ti, porque si en Ti no muero no podría encontrarme sin perderte. Que de tanto temer que te he perdido, al cabo, ya no sé qué estoy temiendo: porque de Ti y de mí me siento huido. Mas con tanto dolor, que estoy sintiendo, por ese amor con el que me has herido, que vivo en Ti cuando me estoy muriendo.
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A Delia, bailarina oscura La música traiciona el sentimiento, Delia, en tus ojos, tan divinamente que hacen su noche oscura transparente de sobrenatural entendimiento. Los astros, que armonioso movimiento rige, mintiendo amor, calladamente, buscan en tu mirada el aparente reflejo a su encendido pensamiento. Nocturno afán no pudo a ti engañarte; la luz que fue en tus pies, bailando, estrellas, tus pasos, no tus ojos, la mintieron. Te fuiste con la música a otra parte, hurtando tus pisadas a sus huellas con sombras que a la noche te volvieron. |
A Carmela, bailarina clara Carmela, más que nubes, más que nieves, más que plumas, que espumas, más que albores, tejen dorados hilos zurcidores la aurora de tu frente en copos leves. No separes tus ojos, no te lleves, gacela huida a tantos resplandores, sus dardos encendidos, heridores, hebras de sol en cárceles tan breves. Detén la catarata fugitiva, el vuelo de tus pies, el de tus oros, la risa de esas mágicas deidades. Asómbrate de ser floresta viva, incendio de sus ámbitos sonoros: siembra luces, cosecha claridades.
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Ya con la sombra me asombra Lope de Vega Pienso que sigue al eco prolongado del mar, en su sonora voz oscura, "aquella voluntad honesta y pura", lumbre que enciende mi ámbito callado. De luz y no de sombra estoy cercado, como la noche; mi pasión apura la tiniebla sutil que me procura vivir de claridades rodeado. Padezco por anhelo de ese fuego que, invisible, me abrasa y no me prende, volviéndome esqueleto, espectro, escombro. Ni sombra soy cuando a mirarme llego; pues cuando en tal figura me trasciende mi sombra no es mi sombra que es mi asombro.
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En todo hay cierta, inevitable muerte Cervantes Siento que paso a paso se adelanta al doloroso paso de mi vida el ansia de morir que siento asida como un nudo de llanto a la garganta. Fue soledad, fue daño y pena, tanta pasión que en sangre, en sombra detenida, me hizo sentir la muerte como herida por el vivo dolor que la quebranta. Siento que paso a paso, poco a poco, con un querer que quiero, y que no quiero, se adentra en mí su decisión más fuerte: sintiendo en cuanto miro, en cuanto toco, con tan clara razón su afán postrero, que en todo es cierta, inevitable muerte. PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS RELACIONADOS CON LA MUERTE
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de duerme-vuela. ¡No hay candela! Por no querer perder tiempo pierdes el tiempo y el alma. Estás perdiendo la vida de tanto querer ganarla. Estamos en una barca y hemos perdido los remos. Y nos lleva la corriente a donde menos queremos. Lengua de fuego el lenguaje que apacigua en el decir lo que el pensamiento hace. La verdad más verdadera no es una verdad absoluta: es una verdad cualquiera. ¿Adónde va ese camino? Ese camino no va; ese camino se queda en el sitio en donde está. PULSA AQUÍ PARA LEER `POEMAS SOBRE NIÑOS/ESCUELA |