índice

Ángela Álvarez Sáez

Minotauro

Mi nacimiento

El sueño o la cama

El venado herido

Ignoro quién me trajo a este momento

Walter no ha muerto

Minotauro

Es el padre de tierra quien busca entre los restos del naufragio,

quien llora los cielos donde acaso fuimos felices.

Antes de emprender la huida,

miramos a Dios como un animal que sabe cuál será su castigo.

Por tus venas de Ítaca

cabalgan mis heridas

y nos someten a la locura.

Padre de tierra. Brotarán, como soldados de viento,

 los hijos de tus hijos.

(De El aleteo de los peces)

 

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DE TAMA MÍTICO

 

ir al índice

Mi nacimiento o Nacimiento
La tierra no me sirve de soporte.
No me basta con el cuerpo que da vida.
Las pezuñas del mamífero se agarran
al lugar ilimitado, al cuerpo de la tragedia.
La tierra no me sirve como círculo.
Hilo las raíces que me atan únicamente a mi condena.
Sueño con un ánfora que no me obligue
a derramarme ciegamente, con un embrión
que me otorgue el don del nacimiento.
Más allá del elemento creador,
el mar es mi verdugo
y mi carne un signo en el que clavar puñales.
Algunas noches, doblegada por el miedo,
dejo a los salvajes devorar los restos del naufragio.
Luego, abandono a la criatura,
sola,
enroscada en la jauría,
y erijo un altar en el que mi cuerpo se sostiene como muerte.

ir al índice

El sueño o la cama
Versión de un cuadro homónimo de Frida Kahlo



En el sueño la muerte tiene los pies de cristal y su filo dorado trae a la memoria recuerdos de un país remoto.
De su espalda nacen jardines con frondosos árboles que dan corales violeta
y cataratas que erosionan la materia de todos los relojes.
Algunas noches sobre el techo de la cama descansa su cadáver como el principio de la nieve sobre los campos
y entre sus huesos se alzan flores amarillas y cadenas de perlas.
El cuerpo descansa a la deriva por extraños paraísos,
en los que la luna se hincha y muge, a punto de dar a luz,
donde columnas blandas sustentan el mar y la tierra,
donde la luz se llena de jabalíes azules que bailan entre la bruma,
semejando la materia del amor.
La cama trepa por nubes silvestres que pesan demasiado.
Y una enredadera se extiende sobre la vida del cuerpo yaciente.
- Los saltamontes derraman lágrimas sobre los rostros desconocidos del pasado y las moscas lamen las llagas verdes del corazón de los hombres.-
Los insectos nadan por las nubes como peces de lomo plateado.
Han llegado al lugar donde se celebra la vida,
atraídos por las torres de luz tras las que se esconden ciudades majestuosas.
Luego, descenderán por las huellas de nuestro pensamiento hasta confundirse con la nieve de la desaparición y del olvido.
Su música comienza a latir por las raíces de la enredadera.
Así se cumple el ritual de la noche.

ir al índice

 

El venado herido o soy un pobre venadito

Versión de un cuadro homónimo de Frida Kahlo

 

Alguien lanzó las flechas desde el otro lado del bosque,

allá donde las pasiones duennen el sueño endurecido de las bestias.

La herida se ha convertido en un entramado de miel y de llagas azules dentro del corazón de los amantes.

En mi mente se origina un pensamiento extraño ...

Recuerdo un país lleno de agua

y las flechas flotando a mis pies ...

Allí, los caballos bailaban sobre el sonido esquelético de la luna.

Yo lancé las flechas para comer de la carne de los sueños.

Y ahora,

me he convertido en la presa,

un venado que vaga por el bosque de las lamentaciones

sin encontrar un camino ni palabras misericordiosas.

Algunas tardes doblo mis cuatro patas y bebo de la orilla del lago.

Luego contemplo esas ramificaciones amarillas que se extienden como mapas del miedo por mis venas.

El bosque ha llorado dagas flexibles sobre el cristal de los soñadores.

A esas horas, a punto de comenzar la noche,

los cangrejos dorados lamen la sangre de mis heridas y las hormigas se bañan en mis lágrimas de cera.

Creo que he llegado al territorio de las estatuas.

(Primer Premio Certamen Florencio Quintero)

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS SOBRE PINTURAS

 

ir al índice

Ignoro quién me trajo a este momento,

A esta caricia en la carne abierta
por donde pasean sin tregua las hormigas
hacia la cueva del invierno con su lumbre.
Y me dejan fría con la puerta entornada,
con un golpe de sol roto en la nuca
y una lágrima que se rinde en oraciones.
Esta tarde, sujeta a un columpio de ternura,
busco el cuerpo vivo de mi sombra
mientras la calle huele a fiesta innecesaria
y el viento me amontona escombros en la mesa.

(De  Nouveau, vieux séjour)

 

ir al índice

WALTER NO HA MUERTO

 Against you I will fling myself,
unvanquished, o death.

V. W.

    Hace una semana que comenzó la primavera, aunque sólo tímidamente ha asomado su rostro y todavía en la chimenea del salón arden los leños. Me gusta acercar mis manos casi transparentes al fuego, extasiada con el baile de las llamas, y creer que en la diminuta hoguera algún brujo maligno expía su culpa. Esos demonios que, sin previo aviso, se instalan cómodamente en mi cerebro.
    La mañana es casi fría, pero el ambiente en el estudio del jardín es cálido, de abandono y dulce bienestar. Quisiera correr hacia ti, sentarme a tus pies, y hablarte no de la felicicidad que me has dado cada día, a lo largo de tantos años, sino de esa atmósfera confusa y compleja en la que floto en todo instante y que me ha impedido atrapar esa dicha que, acaso generosamente, me entregabas.
    Una mujer es todo lo que guarda su silencio. Recuerdo ahora aquel relato de David en el que la protagonista se convertía en raposa, tendría que decir zorra, pero suena poco delicado, y las discusiones en que nos enzarzábamos sobre lo innecesario de esa transformación para que la historia mantuviese su interés. Ninguno de vosotros, los hombres que con amor o amistad me habéis cercado, entendíais aquel progresivo cambio de la heroína en un animal constantemente perseguido

                                                          (Cuentos de Bloomsbury)

ir al índice

 

IR AL ÍNDICE GENERAL