Hombre de la medida justa
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua, de fino roble,
erecto.
Volcᮠde lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulacie mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.
Nav駡me, marinero alucinado,
nav駡me y vi鲴eme luego
en tus manos.
Soy todos los frutos
y tⲾ
todos los labios. |