FRANCISCO DE QUEVEDO

CON EJEMPLOS MUESTRA A FLORA LA BREVEDAD DE LA VIDA.

La   mocedad del año, la ambiciosa

vergüenza del jardín, el encarnado

oloroso rubí, Tiro abreviado,

también del año presunción hermosa;

la ostentación lozana de la rosa,

deidad del campo, estrella del cercado;

el almendro en su propia flor nevado,

que anticiparse a los calores osa,

reprensiones son, ¡oh Flora!, mudas

de la hermosura y la soberbia humana,

que a las leyes de flor está sujeta.

Tu edad se pasará mientras lo  dudas;

de ayer te habrás de arrepentir mañana,

y tarde y con dolor serás discreta.

 

COMENTARIO

 

1)    TEMA Y ESTRUCTURA.

     El soneto desarrolla dos tópicos muy tratados por los poetas barrocos: el del carpe diem y el del tempus fugit, tópicos que suelen ir de la mano. El primero  está esbozado en el último terceto en el que el poeta avisa a Flora de que cuando se quiera dar cuenta ya será tarde para disfrutar de su juventud y solo podrá lamentarse: y tarde y con dolor serás discreta. Así pues, Quevedo se centra en uno de los temas recurrentes en su poesía: la brevedad de la vida, tema que refleja el pesimismo y desencanto de nuestro siglo XVII y que este  poeta expresará de manera dramática: en el hoy y el ayer juntamos pañales y mortaja.

     El poema tiene la estructura clásica de este tipo de argumentación: A (los dos primeros cuartetos) es B (primer terceto) porque C (segundo terceto).

     Así las enumeraciones, los ejemplos,  de estos cuartetos se convierten en un  sujeto múltiple del verbo copulativo (son) cuyo atributo, deshecho el hipérbaton, es reprensiones mudas. Después vendrá el argumento que explique la aseveración de que la juventud y la belleza se van en un abrir y cerrar de ojos.

 

2)    ESTILO Y RECURSOS POÉTICOS

(Pulsa AQUÍ  para acceder a la explicación sobre el significado y uso de los recursos poéticos)

 

     En los dos primeros cuartetos Quevedo emplea una serie de sustantivos con sus correspondientes complementos: adjetivos (ambiciosa, encarnado, abreviado…), aposiciones (Tiro abreviado, deidad, estrella) y oración adjetiva( que anticiparse a los calores osa) Es pues un estilo nominal como corresponde a las descripciones y a los argumentos (ejemplos) que forman los sujetos del verbo copulativo, para completar el siguiente esquema: a, b, c, d…(sujetos-ejemplos) = x (predicado).

     También en el primer terceto se servirá del estilo nominal: un SN que hace de atributo (reprensiones) con su correspondientes complementos: adjetivo, S.Prep. complementos del nombre y oración de relativo. El verbo en presente actualiza la aseveración del poeta.

     En el último terceto Quevedo tendrá que utilizar el futuro imperfecto para avisar a su interlocutora de lo que va a ocurrirle, las acciones que anuncian los verbos: pasarás, habrás de arrepentir, serás.

     Como no podía ser menos tratándose de un texto barroco, los recursos poéticos se entrelazan o se superponen exigiendo un esfuerzo considerable del lector que quiera descifrar el mensaje.

     El primer elemento real cuya brevedad existencial le va a servir para su argumentación es el clavel. A esta flor no nombrada va a dedicar el primer cuarteto, encubriéndola con tropos:

·        Mocedad del año à metáfora y prosopopeya. El clavel se asocia con la belleza juvenil. "Voz de clavel varonil" dice Lorca de Antoñito Camborio.

·        Ambiciosa vergüenza del jardín à Esta nueva metáfora de personificación es aún más complicada: el jardín, con los claveles se ruboriza.

·        El encarnado oloroso rubíà Quevedo completa la metáfora plástica (rubí=clavel) con un epíteto (encarnado) y una sinestesia (oloroso)

·        Tiro abreviadoà La aposición nos lleva también a un juego conceptual tan intenso como propio de Quevedo: la púrpura de Tiro era la más apreciada. Pues bien, el clavel es un  compendio de toda la púrpura de Tiro. La metáfora hiperbólica así lo expresa.

        

         El segundo cuarteto dedica dos versos a la rosa y otros dos al almendro como argumentos también de esta fugacidad.

·        La rosa va a ser también personificada (ostentación lozana) convirtiéndola en una joven que presume de su belleza. Después utilizará la bimembración para, mediante dos metáforas, explicarnos que la rosa silvestre (deidad del campo) es tan hermosa como la cultivada (estrella del cercado)

·        También el almendro, primer árbol frutal en cubrirse de flores, será adornado con diversas figuras:

o       Metáfora à en su propia flor nevado.

o       Personificaciónà osa (el almendro florece aún en invierno, en febrero, se atreve a anticiparse  a los calores).

        

         Obsérvese también que estos recursos permiten a Quevedo no sólo utilizar ejemplos que le servirán para su argumentación, sino trazar un cuadro de gran belleza plástica tanto por el uso de la gama cromática como de referencias sensoriales que completan la descripción al aroma del clavel.

 

         En el primer terceto, además del hipérbaton ya señalado (reprehensiones son), encuentro una personificación en este mismo atributo que confiere a las plantas la facultad de amonestar o regañar, a la par que es calificado con un adjetivo  y un oxímoron (mudas). También la oración de relativo está construida con hipérbaton y en la misma una metáfora que nos expresa que a la hermosura y a la soberbia presuntuosa  les ocurre lo que a las plantas, que envejecen y mueren en un abrir y cerrar de ojos: que a las leyes de flor están sujetas.

         El segundo terceto comienza con una metonimia (tu edadà los años de tu edad) para seguir con una antítesis muy grata a Quevedo (de ayer te habrás de arrepentir mañana) y terminar con un hipérbaton que le permite situar en primer término los complementos de tiempo y de modo, destacándolos.

         La palabra que cierra el soneto (discreta) no indica que será lista  cuando ya no le sirva para nada pues habrá perdido el atractivo de la juventud, de ahí los complementos: tarde y con dolor. La discreción (prudencia e inteligencia) se asocian a la vejez, de la misma manera que la belleza en la época de Quevedo solía aplicarse a la juventud hermosa pero irreflexiva. De esta manera el soneto queda encuentro entre la primera y la última palabra enfrentadas: juventud bella (mocedad del año) vejez fea (discreta).

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